Catástrofes naturales sin fallecidos, el objetivo del Cabildo de Tenerife

Santa Cruz de Tenerife

El Cabildo de Tenerife ha presentado el Sistema Inteligente de Prevención y Gestión de Emergencias. Se trata de una herramienta de seguridad que sirve para planificar y ver la evolución que puede tener una emergencia natural en la Isla, con la finalidad de evitar los posibles daños a la población de las zonas afectadas. En un principio se centrará en los incendios forestales, debido a que es el fenómeno más frecuente a nivel insular, pero la idea es que sea extensible a otros ámbitos como la prevención de riesgos sísmicos, volcánicos e hidrológicos, entre otros. A la presentación acudieron Enrique Arriaga, consejero de Innovación del Cabildo y Aránzazu Artal, directora insular de Innovación, que fue la encargada de explicar las fases del proyecto.

El Sistema Inteligente de Prevención y Gestión de Emergencias funcionará a través de siete torres de incendios que están presentes en distintas de zonas de la Isla: Güímar, Buenavista del Norte, Guía de Isora, La Victoria, Vilaflor, Arico y San Juan de la Rambla. A cada una de las construcciones se le colocará sensores para detectar de forma casi instantánea las emergencias. Estas serán comunicadas en el menor tiempo posible al Centro de Coordinación Operativa Insular mediante una red inalámbrica de banda ancha. Con ello, los expertos obtienen rápidamente una predicción de cómo va a evolucionar la situación para poder actuar en consonancia y evacuar las zonas de mayor riesgo, si fuese necesario.

Tal y como explicó Artal, el proyecto cuenta con nueve fases. En primer lugar, se colocarán cámaras y un vallado alrededor de las torres y el recinto exterior para evitar los actos vandálicos y garantizar la seguridad de la zona. Posteriormente, integrarán las siete construcciones en la Red de Telecomunicaciones del Cabildo, habilitarán una red inalámbrica de banda ancha en cada zona e instalarán diferentes sensores que permiten percatarse de los incendios a tiempo real, entre otras cosas. Finalmente, se reforzará el trabajo de vigilancia forestal mediante el uso de drones de control remoto, las cámaras DRAGO y los nanosatélites.

El presupuesto destinado al proyecto es de 3,7 millones de euros. Está previsto que en el 2023 ya esté en fase de prueba y que un año después esté completamente operativo. Una vez el sistema esté consolidado en el ámbito forestal, se irá trabajando para que esté disponible en otros campos. Arriaga considera que será una herramienta muy importante porque permitirá conocer cuáles son las zonas de mayor riesgo ante una situación de emergencia grave.  De esta forma, podrán evacuar rápidamente a la población y evitar catástrofes como la de la riada de 2002, que dejó ocho fallecidos.