Tierras de Babel

León

Nos toca vivir en estos malos tiempos a los que no les falta casi de nada para terminar todos en el psiquiátrico social. Cuando más falta hace la serenidad, pareciera que hay actores sindicales, políticos, plataformas de toda condición y lugar, movimientos grupales …, que saltan al escenario público para empujarnos hacia el abismo de las revueltas permanentes.

Todo ello, mientras Europa, a la que pertenecemos con todas las consecuencias, se debate ante la presencia y efectos de una guerra que ha roto bastante más que nuestros sueños de continente feliz. Si a ello añadimos el peligroso auge de la extrema derecha en nuestro propio país o la misma Francia, deberíamos pensar mejor hacia que lugar disparamos nuestras fuerzas que no terminen por cortarnos los pies.

Cuando se mueve el mundo como ahora, sacar a pasear las banderas cantonales es, cuando menos, un signo de indocumentados o de irresponsables.

Sin tanto ruido, en plena semana de pasión el matrimonio PP-VOX hará posible que Alfonso Fernández Mañueco tome posesión del cargo de presidente de la comunidad de Castilla y León. Con el permiso del nuevo dirigente popular, el gallego Alberto Núñez Feijóo, la extrema derecha española, y muy española, accederá por primera vez a un gobierno autonómico.

Quieren manipular la historia por decreto, niegan la violencia de género, rechazan al extranjero, insultan con ira a los contrarios políticos, protegen a terratenientes y son partidarios de dejar en las cunetas a los fusilados por el franquismo.

Vienen tiempos, donde la libertad y la democracia van a sufrir recortes que no debiéramos tolerar. Ni Feijóo ni Mañueco son una garantía para frenarlos.