"Nos dijo que iba a matar a nuestras familias y que éramos unas pijas de mierda": el testimonio de las acosadas por el asesino de Erika

El asesinato de una niña de 14 años en Oviedo el pasado martes ha provocado una cascada de reacciones de repulsa, pero también ha sacado a la luz el testimonio de jóvenes que sufrieron el acoso del hombre de 31 años que está a la espera de recibir el alta médica en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para entrar en prisión.

En 'El programa de Ana Rosa' algunas de ellas han contado la experiencia vivida. Un testimonio que pone de manifiesto la personalidad de un hombre frío y calculador que no esperaba a la noche para tratar de ejecutar sus acciones sino que intentaba hacerlo a plena luz del día como cuentan las chicas. El hombre contaba con antecedentes después de que en 2020 fuera condenado a una multa de 240 euros por un delito leve de coacciones y absuelto de otro de amenazas. Sin embargo, esa multa fue rebajada por la Audiencia Provincial de Oviedo a 120 euros.

Todas ellas prefieren no mostrar su rostro a cámara por miedo mientras algunas dan su testimonio con la voz distorsionada. "Me dijo que era muy guapa, que si me quería ir con él y yo me fui antes de que siguiera hablando", relata una de las chicas. Otra cuenta como "intentó poner a una chica una bolsa de basura en la cabeza. Él iba por la calle sin más, parando a chicas. Al poco vino a hablarme un par de veces. Lógicamente, era un incordio tener que andar esquivándolo".

Impotencia, rabia, pena y miedo

En otros momentos se vivieron momentos de tensión. "Llegó pidiéndonos un cigarro y cuando le dijimos que no fumábamos, se alteró muchísimo. Nos amenazó, nos dijo que iba a matar a nuestras familias y a nosotras, nos llamó pijas de mierda. Venía un poco ebrio con una cerveza en la mano, muy agresivo, se nos puso super cerca de la cara. La gente vino, nos ayudó y nos dijo que llamáramos a la policía", detalla otra. A raíz de este suceso, la acosada explica que "muchas chicas me dijeron que les había pasado algo parecido" y reconoce sentir "impotencia de saber que ese hombre andaba por ahí suelto y nadie hizo nada, pena porque se podía haber evitado y no se por qué no se evitó y miedo".

El cuarto relato es el de una joven que tuvo el encontronazo con el arrestado a la una de la tarde cuando se encontraba en el portal de su oficina. "Estaba mirando el móvil y cuando levanté la cabeza me encontré con este chico super cerca de mi. Me preguntó si vivía aquí y podía entrar al portal conmigo. Justo me giré y apareció el portero, en ese momento respiré", explica. Esta situación provocó que avisara a una amiga con la que había quedado para que acudiera a buscarle al trabajo porque "tu primer pensamiento es que ya sabe que algo tengo en este portal. Cuando vi la noticia no lo relacioné, pero cuando empezó a salir el nombre y la descripción fue un shock porque pensé que podía haber sido yo y porque una persona que había sido denunciada tantas veces que pudiese llegar a cometer un asesinato sin estar controlado te da rabia".