“Vox ha inoculado la palabra ‘enemigo’ para referirse al adversario”
Miguel González analiza en 'Vox S.A. El negocio del patriotismo español' el pasado y el presente del partido de ultraderecha
Vox: el chiringuito de la ultraderecha
50:49
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1649495663151/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Apenas tres años después de su gran irrupción en las elecciones andaluzas, la extrema derecha de Vox por primera vez pasará este lunes a formar parte de un gobierno autonómico, el de Castilla y León. Además de la vicepresidencia de la Junta, el partido presidido por Santiago Abascal ostentará la dirección de la Mesa de las Cortes y tres consejerías: la de Agricultura y Ganadería, la de Cultura y la de Fomento y Empleo.
No pocas veces en A vivir hemos intentado analizar desde todas las perspectivas políticas el fenómeno Vox y cómo un partido abiertamente machista y xenófobo –y a todas luces iliberal– se ha convertido en la tercera opción electoral de nuestro país. Miguel González plantea un nuevo enfoque que consiste en analizar al partido no solo como un partido político, sino como una empresa muy rentable que pasa por sus mejores horas. El resultado de sus averiguaciones se puede leer en Vox S.A. El negocio del patriotismo español (Península, 2022).
“Si parece una empresa, funciona como una empresa y actúa como una empresa, igual es que es una empresa”, arranca González, vetado en todos los actos y ruedas de prensa de Vox, como tantos otros periodistas. “Vox siempre ha denunciado los chiringuitos, pero no ha hecho otra cosa que montar chiringuitos”. De hecho, el partido nació bajo el ala de Esperanza Aguirre a través la Fundación Defensa de la Nación Española (DENAES) y, sin embargo, en 2020 crean un nuevo think tank, Disenso, también presidido por Abascal, y que para González no es más que una forma de recibir más subvenciones.
El reportero relata en su libro la progresiva decadencia democrática que ha habido en el propio partido de ultraderecha, hasta el punto de que, en el último congreso anual celebrado hace unas semanas, se aprobó eliminar las elecciones internas que quedaban. Así, los comités provinciales han sido sustituidos por delegados nombrados a dedo por la dirección nacional. “Vox presume de que, en cualquier lugar de España, siempre tienen el mismo mensaje” ¿Por qué? “Porque no son mensajes, son consignas lanzadas desde la dirección nacional y que se repiten en todos los lugares, como en las empresas”.
González se retrotrae al nacimiento de Vox, a finales de 2013, su primer fracaso electoral en las elecciones europeas de 2014 y la sucesión de Alejo Vidal-Cuadras –uno de los fundadores– que acabó alzando hasta la presidencia a Abascal. “En 2015, cuando Vox todavía no tiene cargos públicos ni subvenciones, Santiago Abascal se pone un sueldo de más de 6.000 euros brutos mensuales, un sueldo que parece más del directivo de una empresa que el de un partido que acaba de empezar”.
Para el periodista, una de las grandes amenazas que trae consigo Vox es su carácter profundamente antidemocrático. Le cuesta pensar que, de obtener algún día el poder, acepten un principio fundamental de cualquier democracia: la alternancia. “Vox ha inoculado en el debate político español la palabra ‘enemigo’ para referirse al adversario político”, señala. “Si te considero un enemigo, un traidor o alguien que quiere romper España, es muy difícil que yo te deje tranquilamente volver al poder”.
La dedicatoria del libro es para los 3.640.063 españoles que el 10 de noviembre de 2019 votaron a Vox. “Yo no creo que haya más de 3 millones de fascistas en España. Hay mucha gente cabreada por muchos motivos, hay un nacionalismo español que ha despertado, pero también creo que no son conscientes de que están votando a un partido que no es democrático”.
Antonio Vico
(Jaén, 1992) Ligado a la radio y a la Cadena SER desde 2012. Trabaja como productor y guionista de 'A...