Don Winslow: “He escrito sobre la mafia porque era lo que conocía, crecí entre mafiosos”
El escritor estadounidense, uno de los maestros del thriller actual, regresa al panorama literario con una nueva saga sobre los sindicatos del crimen italianos e irlandeses en los años 80 y 90.
Ciudad en llamas, el último thriller de Don Winslow
Madrid
Don Winslow (Nueva York, 1953) es un escritor hecho a sí mismo. Autor de veintiuna novelas entre las que destacan El invierno de Frankie Machine, Salvajes (que fue llevada al cine por Oliver Stone) y la famosa trilogía El Cártel (El poder del perro, El cártel y La frontera), ha pasado por A Vivir para presentar su último libro, Ciudad en llamas (HarperCollins), que llegará a las librerías españolas el 18 de abril adelantándose al lanzamiento mundial.
Con Ciudad en llamas el autor norteamericano inicia una nueva trilogía sobre la mafia del siglo XXI además de hacer un viaje a su infancia. Ambientada en la misma playa en la que creció, algunas de sus escenas suceden solo a unos minutos de la casa en la que pasó su infancia y donde reside actualmente la mitad del año: “Llevo décadas escribiendo este libro. Lo retomaba y lo dejaba una y otra vez pero siempre volvía a él. “Quería volver a casa, a los lugares de mi juventud. Puede que pensara que no estaba preparado para volver o puede que fuera el dolor de los recuerdos, las amistades perdidas. La traición a quien fui. Mi ciudad, mi casa, mi ciudad en llamas”.
Winslow empezó a escribir sobre el narcotráfico a finales de los años noventa. Estados Unidos envía unos 60.000 millones de dólares en metálico a los cárteles mexicanos a cambio de heroína, cocaína, marihuana y metanfetamina y obtiene un beneficio anual de unos 90.000 millones. Un negocio redondo. En México, este mercado ha dejado un saldo de 100.000 desaparecidos, ha destrozado a miles de familias y ha dejado un reguero de muerte y violencia. Más de veinte años después, tras haber investigado y escrito tres bestsellers sobre el cruel mundo del narcotráfico, ha decidido cerrar esa puerta: “Las investigaciones que hice para escribir fueron durísimas, el nivel de violencia era altísimo. Estaba mentalmente agotado”.
A su juicio no acabaremos con este grave problema hasta que no hagamos un ejercicio de autocrítica y queramos indagar en el porqué de la demanda además de aplicar políticas más acertadas a nivel de consumo. La legalización de estupefacientes es, sin duda, lo único que podría reducir el narcotráfico: “Nos gastamos miles de millones de dólares intentando interceptar el flujo de drogas y es algo imposible de hacer, Estados Unidos nunca ha sido capaz de hacerlo y Europa tampoco de modo que no estamos llegando al corazón del problema. Seremos incapaces de resolverlo si atacamos siempre el lado de la oferta, tenemos que atacar el lado de la demanda y preguntarnos por qué la gente necesita esas drogas”.
A punto de comenzar la gira de promoción de su último libro por Estados Unidos, el novelista, muy comprometido políticamente, mira al futuro con optimismo. Es consciente de los desafíos a los que el presidente Joe Biden debe enfrentarse pero piensa que es lo mejor que le ha podido ocurrir al país y al mundo entero. El legado de Trump pervive y le preocupa: “El daño que hizo su Administración es como un regalo envenado que no deja de sorprendernos. Odio decir su nombre”.