"Ellos escribieron la historia, ellas fueron las verdaderas protagonistas"

Al lado de todo hombre siempre hay una gran mujer. Es lo que vienen a afirmar los hombres que visitan hoy este episodio de La Hora Extra. El dramaturgo Sergio Peris-Mencheta, el escritor Santiago Posteguillo y el cantante Miguel Poveda, con quienes hemos hablado de masculinidad, mujeres y feminismo.

El fútbol femenino: sororidad entre chute y chute

El día 6 de abril del año 1917, un viernes, la radio del frente anunciaba nuevos muertos. El día 6 de abril del año 1917, Lenin preparaba la revolución rusa. El día 6 de abril del año 1917, un viernes, Estados Unidos entraba en guerra. Pero, sobre todo, el día 6 de abril del año 1917, un viernes, durante la pausa del almuerzo, 11 trabajadoras de la Doyle and Walker Munitions, once munitionettes de manos amarillas, empezaban a correr detrás de un balón.

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El fenómeno del fútbol femenino nace en Inglaterra, durante los años de la Primera Guerra Mundial. Equipos que se convirtieron en legendarios, formados por las trabajadoras de las fábricas textiles o de municiones, y que en poco tiempo lograron un enorme afecto y atención del público, provocando la hostilidad por parte de las instituciones masculinas del fútbol.

Terminada la guerra, muchos de estos equipos fueron obligados a disolverse por ley. Tras unos años de éxitos increíbles, estas mujeres volvieron a sus casas. La historia de esas mujeres la ha llevado al teatro Sergio Peris-Mencheta, que nos presenta Ladies Football Club, una adaptación de la novela homónima de Stefano Massini. Aquí puedes escuchar la charla completa con el director:

Para el dramaturgo es cuanto menos sorprendente que esta historia no se conozca más, sobre todo en Inglaterra, donde sí conocen toda la banda sonora de la obra. Ladies Football Club es una adaptación musical de la obra de Massini, que pretende acercar el teatro al público joven, al futbolero y a las mujeres alejadas de este deporte. Y lo hace con balones y porterías sobre el escenario. "Hay que echarle mucha imaginación y ese ha sido uno de los grandes retos, subir y bajar escaleras mientras chutas un balón", dice el director.

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En la obra hay un gran elenco de actrices, solo actrices: Noemi Arribas, Xenia Reguant, Silvia Abascal, Ana Rayo, María Pascual, Nur Levi, Alicia González, Carla Hidalgo, Irene Maquieira, Andrea Guasch, Diana Palazón y Belén González. "Es una versión más feminista de la obra", reconoce Peris-Mencheta. "Lo que más me ha sorprendido es esa sororidad que se ha creado entre las actrices, que no se conocían de nada, la manera que tienen de ayudarse en escena, de cuidarse permanentemente, yo nunca lo había visto".

La importancia de las mujeres en la historia de Julio César

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También tiene algo de feminista la última novela de Santiago Posteguillo: 'Roma soy yo' de Ediciones B. Premio Planeta 2018, Posteguillo es uno de los mejores cronistas de la historia romana y nos ha presentado su nueva novela en Tesalónica, el lugar donde Julio César recibió de manera simbólica la herencia de Alejandro Magno. "A César no se le puede entender sin su relación con las mujeres, para César las mujeres eran muy importantes, en el ámbito privado y en el público, a quienes defendió", advierte el autor. Aquí puedes escuchar el recorrido que hicimos con él por Tesalónica y todo lo que nos contó:

Posteguillo hace de esta novela un oportuno retrato despiadado, muy ágil y entretenido, sobre esa tardía República romana que vio a Julio César convertirse en un emperador antes de que existiera el Imperio romano.

Arte y naturaleza: cambio climático y sostenibilidad

Seguimos ahora con arte y medio ambiente, arte y naturaleza y cómo esta es fuente de inspiración. El artista Miquel Barceló se ha pasado toda la vida buceando y encontrando inspiración en el fondo del mar, en su flora, su fauna y sus frutos. Y es lo que ha volcado en una exposición que ha presentado esta semana en la galería Elvira González de Madrid. 'Kiwayu' reúne 26 acuarelas y 11 cerámicas realizadas entre Kiwayu, una isla de Kenia, y Mallorca, donde Miquel Barceló ha estado buceando estos dos últimos años de pandemia.

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Hemos conversado con el artista, que nos ha confesado que necesitó retirarse unos meses a ese paraíso para desconectar y recuperarse de dos años de covid y de una crisis personal que iba más allá de la pandemia. A pesar de ese momento de bajón, como él dice, sus pinturas y esculturas son un canto a la vida: muchísima luz y color, peces, flores, insectos, arte rupestre, todo muy vitalista.

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Dice Miquel Barceló que siempre ha pintado en tiempos de guerra, recuerda cómo su querido Mali, donde ha pasado temporadas trabajando, "sigue en guerra con unas armas pagadas por nosotros, como está pasando en Ucrania". Al Premio Nacional de Artes Plásticas y Premio Príncipe de Asturias le preocupa también el cambio climático: la sobrepesca, la contaminación de mares y ríos, que todos esos corales y frutos marinos que inspiran sus obras, desaparezcan para siempre.

Sin dejar la naturaleza, del mar nos vamos a la montaña. Arte y pastoreo es el nombre de las Jornadas que acaban de celebrarse en el valle bizkaino de Karrantza, en la sexta edición de una residencia artística muy especial que lleva por título "Residencia Artística del Buen Vivir". Dar solución a un tejido sostenible, como es la lana vasca, está en el origen y el arte es el camino.

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Y terminamos en Nueva York, donde se está celebrando la vigésima edición del Flamenco Festival. El festival reúne en la capital neoyorkina a artistas como Manuel Liñán, Mercedes Ruiz, Eduardo Guerrero, María Moreno, María Terremoto, Santiago Lara o Miguel Poveda, con quien hemos hablado en La Hora Extra.

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Para alguien tan lorquiano como Poveda, estar en Nueva York, ciudad fetiche para él, es muy ilusionante. El cantante nos ha contado lo que va a ofrecer en los tres conciertos que va a dar en el festival, en Nueva York, en Miami, que recupera esta cita, y Los Ángeles, ciudad a la que se extiende en este aniversario el festival.

Con Poveda hemos hablado del poder del flamenco en estos tiempos oscuros y también de feminismo y homofobia. El Flamenco Festival de Nueva York amplía horizontes y fronteras, incluyendo la perspectiva queer y el feminismo, para romper esquemas y estructuras de un arte muy asociado a lo masculino y a lo machista. "El flamenco, como la cultura en general, es igualdad, progreso, aunque algunos se empeñen en que demos pasos atrás", reivindica.