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'Ambulance. Plan de huida': el regreso excesivo de Michael Bay

Jake Gyllenhaal lidera el reparto de una cinta de robos, persecuciones y dramas humanos

Madrid

Michael Bay ha sido el artífice de numerosos taquillazos del cine de acción desde mediados de los 90. Después de grandes entregas como Armageddon, Pearl Harbor o la saga de Transformers, el estadounidense contribuye a la recuperación de las salas de cine con Ambulance: Plan de Huida.

Jake Gyllenhaal y Yahya Abdul-Mateen II protagonizan este thriller de persecución que transcurre durante un largo día por las calles de Los Ángeles. Todo empieza por una cuestión de salud. Will (Abdul-Mateen II), es un antiguo marine que sirvió a su país en Afganistán y que ahora no puede permitirse la operación que necesita su mujer. Esta necesidad le lleva a acudir a su hermano adoptivo Danny (Gyllenhaal), hijo de un conocido criminal y con el que idea el robo a un banco. “Creo que esa parte de la película es particularmente relevante en Estados Unidos. Pero en su esencia es una historia sobre un hombre con una gran necesidad, y no está hablando necesariamente del sistema sanitario, sino de esa necesidad”, explica el actor en un encuentro en Madrid con la Cadena SER. “Él tiene la necesidad pero no tiene los medios. Esa es la base de la película. Creo que eso no es un secreto, que la gente lo pasa mal con el sistema de sanidad y que hay muchas personas que no son capaces de asumirlo y es una situación trágica”, apunta.

Este punto de partida, que pone sobre la mesa las lagunas del sistema sanitario norteamericano, le sirve al director para justificar la decisión de los protagonistas. “Yo creo que incluso en un escenario donde haya un sistema sanitario público hay muchas complicaciones y la gente lo pasa mal”, añade Gyllenhaal. “Es una película sobre alguien empujado hasta el límite de muchas formas. Se dan a su país, a un ideal, y hay tantos problemas sistémicos que no les permiten ser recompensados como deberían. El personaje yo diría que se ve forzado a tomar una decisión que es moralmente muy complicada”, sostiene.

Sin embargo, y como es de esperar, el robo sale mal. Para huir de las autoridades competentes, Will y Danny secuestran una ambulancia justo después de disparar a un policía, al cual introducen en el vehículo y utilizan como rehén. En el interior de la ambulancia también se encuentra Cam una sanitaria a la que da vida Eiza González y que será la encargada de mantener con vida al policía herido.

A partir de este momento todo consiste en una sucesión de escenas que degeneran cada vez más. La persecución, progresivamente más decepcionante, es llevada a cabo de manera algo torpe y con el acompañamiento de efectos visuales excesivos y una cámara que se cuela por cada recoveco y que sobrevuela el cielo de California a toda velocidad. “El rodaje estaba lleno de energía, era superfrenético, con mucha improvisación. Todos los días improvisábamos escenas y diálogos y también a veces secuencias de acción. Había cosas que estaban escritas y que podían cambiar completamente. O Michael tenía una idea y de repente hacíamos alguna locura. Pero como él tiene un equipo de personas tan genial, es capaz de moverse con esa agilidad. Cada día era un viaje hacia lo desconocido”, describe Gyllenhaal.

Un elemento que también tiene cabida en Ambulance es el discurso patriótico, muy presente en otras películas del director. Lo vimos en Pearl Harbor, el drama bélico que representaba el primer ataque estadounidense a Japón en la Segunda Guerra Mundial y también en Armaggedon, su gran película de catástrofes y asteroides que amenazaban a la tierra protagonizada por Bruce Willis. La presencia de este mensaje sobre la sociedad norteamericana es algo muy patente en toda su filmografía y que Gyllenhaal también identifica en Ambulance, aunque en este caso, lo que se denuncian son las deficiencias de nuestros sistemas, no solo el norteamericano, sino también a escala internacional. “Yo creo que todos los directores tienen un discurso, o eso espero. Pero sí, él es a veces muy intensamente América”, explica Gyllenhaal. “Él está comunicando algo sobre nuestros sistemas en esta película. Todos hemos sentido que hay una serie de situaciones que dejan a un montón de personas en circunstancias realmente difíciles. Y esa realidad se siente, no solo americana, sino muy global. Pero creo que, en el contexto americano, es algo muy humano, tratar de trabajar en arreglar nuestros sistemas”, concluye.

 
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