Las tareas del hogar ayudan a mejorar los niveles de estrés: "Cuando tienes el espacio ordenado sientes que tienes el control"

En los últimos años proliferan en las redes métodos y tutoriales que quieren ayudarnos a tener una vida más ordenada: el método Marie Kondo, por ejemplo. También están los vídeos del tipo: '5 hábitos que cambiarán tu mañana', entre los que siempre aparece como tarea imprescindible hacer la cama u organizar algún rincón de la casa. Incluso, hay quien se acompaña de algún youtuber para esta tarea y sigue los pasos de algún vídeo titulado: 'limpia durante una hora conmigo'. Eso sí, hay una tarea que parece que no termina de convencer a nadie, y de la que justo hablaba esta mañana en Hoy por Hoy nuestro compañero José Luis Sastre: "Si pensaban aprovechar hoy para planchar, o para poner una lavadora, sepan que no es buen día", y apuntillaba: "para planchar, en realidad, buenos días no hay". Esto se comentaba en el contexto de la subida de los precios de la luz.

¿No hay buenos días para planchar?

Pero, de verdad, nos preguntamos ¿No hay buenos días para planchar? Pues debería haberlos, porque son numerosos los estudios que afirman que, ocuparnos de las tareas domésticas nos ayuda a reducir los niveles de estrés y a conseguir una mejor concentración. Así que, lo hemos querido averiguar con la psicóloga 'Isabel Pérez López'.

Para comenzar nuestra psicóloga nos apuntaba que, como cualquier tarea del hogar, planchar es "una tarea física". Por lo que al igual que el deporte, podemos sentir, al acabar, una satisfacción: "No quiere decir que planchar sea maravilloso", explica, "si no que nos hace prestar atención a algo y tenemos la satisfacción ver bien planchada una prenda". Ya que al fin y al cabo "los hábitos y las rutinas nos dan estabilidad y equilibrio".

Un trabajo bien hecho es sinónimo de un "aumento de la autoestima"

A su vez, el orden puede influir en nuestro estado de ánimo: "cuando tienes el espacio ordenado sientes que tienes el control", y eso se trasmite a nuestra mente: "al final es una actitud", por lo que: "cuanto más ordenado mejor puedes controlarlo". Por eso, también hay quien ordena armarios o limpia el baño para desestresarse, explica Pérez: "hace que nos concentremos, que estemos más pendientes". Además que, volviendo a la recompensa, la satisfacción de un trabajo bien hecho es sinónimo de un "aumento de la autoestima". Así que sigamos el dicho popular de que no hay nada mejor para mantener una cabeza en orden que ordenar nuestro propio entorno.