Aline Dieu, el alter ego de Céline Dion
Valérie Lemercier escribe, dirige y protagoniza Aline, un sorprendente biopic de la cantante canadiense
Dice la directora francesa Valérie Lemercier que para hacer la película no quiso conocer personalmente a Céline Dion. La cantante canadiense tampoco ha participado directa o indirectamente en el largometraje. Es decir, Céline se desentendió de Aline y viceversa, Aline de Céline. Quizá por eso la película no tiene forzadas ataduras. Se distancia y se acerca libremente por la vida de la artista. No le rinde pleitesía. La retrata con ironía y, a veces, hasta con sarcasmo. Se trata de un biopic inusual porque la cinta nos cuenta la vida de Céline Dion, pero la protagonista de la historia se llama Aline Dieu.
En el film se combinan verdaderos pasajes de la vida de la cantante canadiense con otros que son pura fantasía. Es verdad que Céline Dion fue la pequeña de una familia numerosa de 14 hermanos y que de pequeña actuaba con sus hermanos en fiestas y ferias hasta que comenzó a cantar profesionalmente en solitario gracias al empeño de su madre, interpretada estupendamente en la película por Danielle Fichaud.
También se refleja en el film como, poco a poco, comienza a desarrollar una carrera musical, primero en Quebec y en el resto de Canadá y luego en los países francófonos. Se ve cómo gana el Festival de Eurovisión representando a Suiza en 1988 y cómo se lanza a conquistar el mercado anglosajón hasta convertirse en una de las cantantes más populares del mundo y que más discos ha vendido a lo largo de su carrera.
Valérie Lemercier, además de dirigir el film, lo ha escrito y lo protagoniza. Hace de Céline Dion o de Aline desde los cinco años, gracias a técnicas digitales, hasta los 50. Su voz en los números musicales, eso sí, ha sido doblada por la cantante Victoria Sio
Lo que más sorprende de la película es su tono naif. A diferencia de otros biopic musicales, en Aline no hay vidas desgarradas por el alcoholismo o las drogas. No vemos una historia de ascenso artístico y caída a los infiernos personales. La única pequeña adversidad que muestra el film es cuando Céline/Aline tuvo que dejar un tiempo los escenarios por un problema en sus cuerdas vocales.
Y, por su puesto, se refleja su historia de amor y sus deseos de ser madre, junto con su marido y manager, René Angélil, un hombre mucho mayor que ella y que falleció en enero de 2016.
Un film que deambula, en un difícil equilibrio, entre la ironía y la ingenuidad. Una especie de cuento de hadas que se ve con cierta incredulidad, pero siempre con una sonrisa. El juego de Valérie Lemercier funciona. Cuenta la vida de Céline Dion, incluida su actuación en los Oscar, cantando la canción de Titanic, My Heart Will Go On, que se llevó el premio la noche en la que la película de James Cameron ganó 11 Oscar, pero lo hace a través de su alter ego, Aline Dieu. Aline, a secas.
Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo...