Crónica de un doble asesinato en Tenerife: el "True Crime de la Pensión Padrón"
"El Jala" se sienta por segunda vez en el banquillo tras cometer dos asesinatos en menos de un año
Santa Cruz de Tenerife
Los investigadores suelen tener en cuenta una máxima: "sin cuerpo no hay delito". De ahí que fuera providencial que en 2016, unas fuertes lluvias primero y el incendio de unos rastrojos después, dejaran al descubierto dos petates o bolsas que contenían los restos de una mujer en el barranco de Santos en Santa Cruz de Tenerife. El descubrimiento fue realizado por unos vecinos que paseaban a sus perros por la zona y avisaron a la policía. Se trataba del cadáver de una mujer en avanzado estado de descomposición, sin documentación y sin ninguna pista que pudiera ofrecer dato alguno sobre su identidad salvo que su muerte fue violenta. A partir de ahí, se iniciaría una intensa investigación que terminaría con un viejo conocido de la Policía Judicial en el banquillo: José Antonio Luis Aguilar, alias "El Jala". Los investigadores sospecharon que la mujer encontrada en el barranco era la expareja de Aguilar con quien habían coincidido en prisión antes de 2009. Las piezas encajaban: la mujer se había esfumado tras salir del centro penitenciario Tenerife II e incluso su hija había presentado una denuncia por su desaparición. El foco se volvía de nuevo hacia un sospechoso, "El Jala" y un lugar: la habitación 306 en donde en 2010, el acusado había matado a un exmilitar cuyo cadáver apareció esqueletizado en unos colchones. Los forenses estimaron que fue atado a la cama para obligarle a darle a Aguilar los mil euros de la pensión que recibía.
En 2019, los investigadores dan un paso de gigante, al volver a la escena del crimen. En la habitación descubren manchas de sangre ocultas. Se toman muestras. ¿Son del exmilitar asesinado o de otra persona? Uno de los aspectos fundamentales fue el análisis forense del cuerpo desmembrado de la mujer que aún conservaba pelo. Precisamente, el material capilar permite obtener ADN de forma muy efectiva y con poco margen de duda: lo que lo en ciencia forense se considera como una prueba indubitada. Cotejando las muestras de ADN de la sangre hallada en la habitación de determinó que el cuerpo además de corresponder a Adoración, la expareja de "El Jala", sufrió una muerte violenta a golpes. La fecha de la muerte, 2009, es decir, un año antes del crimen del exmilitar por lo que la policía ya tenía una línea cronológica. Aguilar primero asesinó en la habitación a su pareja a quien había conocido en prisión y de la que sabía que recibía una pensión. Tras llevarla a la pensión, le exigió dinero y la asesinó. Introdujo el cuerpo en dos sacos y los ocultó en el barranco Santos. Un año después, hizo lo mismo pero esta vez con el exmilitar.
Por todo ello, la Fiscalía solicita una pena de 25 años de cárcel y el abono de una indemnización de 300.000 euros a los herederos de la mujer asesinada. Este lunes comenzará la vista del juicio con la conformación del tribunal de jurado.