La Zarzuela de Aranda cumple 100 años: Así era la 'Fiesta de la Fila'
Descubrimos en un nuevo espacio histórico este pasado cultural de la capital ribereña en compañía de Máximo López Vilaboa
La Zarzuela de Aranda cumple 100 años: Así era la 'Fiesta de la Fila'
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Aranda de Duero
Este lunes La Ventana Edición Ribera ha decidido 'retomar' el testigo que minutos antes deja Nieves Concostrina con su sección histórica. Lo va a hacer cada tres semanas en un nuevo espacio de quien tiene datos de Aranda, su pasado, historia, cultura y vida, en definitiva, como es Máximo López Vilaboa. Y en la primera entrega ya se ha puesto un nivel muy alto, aprovechando la efeméride: este lunes de Pascua se cumplen 100 años de la Zarzuela de Aranda. Una parte de la Fiesta de la Fila -la sociedad Filarmónica- que también hemos desgranado con López Vilaboa.
Y es que hoy es el segundo día de pascua, fiesta que se celebraba en Aranda con especial entusiasmo por ser el aniversario de la fundación de la Sociedad de la Filarmónica. Esta sociedad cultural había nacido en 1883 y tenía como finalidad promover la afición a la música y el baile entre los arandinos. Subsistió hasta 1935. A los pies de la ermita de la Virgen de las Viñas, donde ahora están los columpios, se situaba el corro de la Filarmónica, marco incomparable a la sombra de la arboleda para bailar durante el verano y donde durante décadas se programaban sus actividades más concurridas.
De todas ellas sobresalían los festejos del Lunes de Pascua, dejando atrás los rigores cuaresmales y el frío invierno. El domicilio social de la Filarmónica estaba en la calle Cascajar y, como sociedad moderna, contaba con guardarropa y portero propio. A principios del siglo XX la ambientación musical del local corría a cargo del ciego Tomás con su piano, y del manubrio de Evaristo Vivanco. La fiesta de la Filarmónica comenzaba a las 11 de la mañana con una concentración de socios frente a la sede social. Precedidos por el estandarte de la sociedad, tirando cohetes y bajo los acordes de la Banda de música, partían en alegre y bullicioso desfile hacia la Plaza Mayor, donde cantaban el himno de la Sociedad.
Marchemos a poner nuestra bandera a los pies de la Virgen de las Viñas que por trono eligió la Ribera la más bella de todas sus campiñas.
Además de la banda se incorporó con los años un grupo de bandurrias y guitarras que cantaban sus propias canciones. Después se dirigían a la ermita de la patrona de Aranda donde compartirán un gran banquete con muchos invitados y servidos por las camareras, que también tendrán su propia canción.
Somos las camareras que servimos la comida risueñas y placenteras a los socios de la Fila.
Año tras año el fotógrafo Espinar inmortalizará a los asistentes a la fiesta, imagen que será colocada en la sede social y de las que han llegado muchas fotos hasta nuestros días. Los recuerdos felices de todos aquellos encuentros, el clima de exaltación musical y las ocurrentes coplillas que surgían en los postres, generaban en esta fiesta un sinfín de anécdotas. A dos de los socios se les ocurrirá componer una zarzuela ambientada en esta popular fiesta. Estos eran Manuel Martín, autor de la letra, y Celerino Zapatero, de la música. La zarzuela fue dirigida por los propios autores, con actores arandinos aficionados y estrenada durante las fiestas patronales de 1922.
Se va a cumplir, por tanto, un siglo desde su estreno y en aquel momento, dado el éxito que tuvo, se vieron obligados a repetir varias representaciones. De manera completa se volvió a representar en otras dos ocasiones. En 1954 ya habían fallecido ambos autores y fue dirigida por Juan Abad Barrasús, yerno de Celerino Zapatero. De aquella ocasión de hace 68 años proceden las dos fotografías reproducidas en esta página. El decorado con la representación de la ermita es del artista de origen alemán y asentado en Aranda, Walter Kroll. La tercera y última representación completa fue realizada en 1974 por Clunia, Teatro de Cámara, con la colaboración musical de la Orquesta Filarmónica de Valladolid. Desde entonces se ha interpretado fragmentariamente por el Orfeón Arandino Corazón de María y por la Banda Municipal de Música. Tanto en 1954 como en 1974, se hizo desde el mismo planteamiento inicial de 1922, que fueran actores locales los que dieran vida a los personajes, entre ellos Vivanco, el único que se interpretaba a sí mismo como personaje real (en 1922).
Cómo era la zarzuela de Aranda
La zarzuela comienza en un taller de modistas de la Plaza Mayor de Aranda, por los ventanales se ve la ribera del Duero. Las modistas trabajan afanosamente porque van a servir ese día como camareras en los corredores de la ermita, es la fiesta de la Fila. Es entonces cuando se inicia la parte musical con una Alborada que comienza diciendo Hermosa aurora abrileña, te cantan los ruiseñores porque están velando el nido donde tienen sus amores.
Tras los comentarios entre las modistillas de los amores de Enriqueta se interpretará 'El jardín de la vida', que comienza diciendo En el jardín de la vida hay una flor que aromatiza las almas con perfume embriagador.
Después uno de los temas que más se popularizaría: los cuplés de las pulgas, precedidos por las torpes ocurrencias de Canuto, que reconoce que no sabe bailar, pero al que Sofía va a enseñar para la fiesta de la Filarmónica.
El dúo de Antonio y Enriqueta, dos de los personajes principales sobre los que girará la trama argumental de la zarzuela, será algo de lo más esperado en esta zarzuela. Antonio, que era viajante, quiere que Enriqueta se vaya con él a Sevilla. Esto generará un conflicto con Pepe, su novio de Aranda, que llega a amenazar entre cantos con utilizar su navaja contra el pretendiente forastero. Otros temas serán el Vals de las camareras, la Romanza y la Jota, que tanto se ha interpretado posteriormente y que comienza con ese
Cuando hizo Dios la belleza encargó a un ángel del cielo que a las mujeres de Aranda pusiera el mejor modelo.
En la jota también se canta: De las mujeres que hay en España, son las más bellas las castellanas, las arandinas llevan la fama.
La zarzuela concluirá con un momento estelar al interpretar el himno de la Filarmónica. Su letra recuerda las curiosas obligaciones estatutarias de sus socios:
Amantes de la armonía el Reglamento nos manda ir sembrando la alegría en la juventud de Aranda o también esa otra estrofa que dice Marchemos a bailar, a cantar y a reír, a beber y a brindar alegrando el vivir.
La charla al completo con Máximo López Vilaboa puede reproducirse en el audio que encabeza la información.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...