La ofensiva militar rusa aumenta en Mariúpol y Putin tilda de "fracaso" la "guerra relámpago de sanciones" impulsada por Occidente
Ucrania ha informado que este lunes no habrá corredores humanitarios por segundo día consecutivo y el mediador de la ONU ha reconocido que el alto el fuego "no está en el horizonte" todavía
Madrid
La invasión rusa en Ucrania va camino de cumplir dos meses sin que haya una previsión de que se detenga en el corto plazo. Los esfuerzos del Kremlin están centrados ahora en la asediada ciudad de Mariúpol, lugar que busca tomar para tener conexión terrestre con la península de Crimea, tomada por Rusia.
Así, La resistencia del ejército ucraniano se concentra en el este de la ciudad, en la factoría siderúrgica de Azovstal. El futuro de estas fuerzas, a las que Rusia ha pedido rendirse con la amenaza de ser aniquiladas, se decidirá en estos días.
Según el Instituto de Estudios para la Guerra, los rusos han publicado imágenes del puerto de la ciudad, lo que confirma su captura, así como de otras zonas clave en el suroeste. Según su análisis, la captura de la fábrica de Azovstal es cuestión de días, sobre todo si Rusia utiliza su "abrumadora potencia de fuego".
La ciudad portuaria de Mariúpol sufre el asedio ruso desde casi el principio de la invasión del país, el pasado 24 de febrero, y de su medio millón de habitantes, apenas quedan en ella unas 100.000 personas que, según diversas ONG, son víctimas de un catástrofe humanitaria.
El mediador de la ONU admite que un alto al fuego "no está en el horizonte"
El mediador especial de la ONU para Ucrania y secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, ha reconocido que lograr acuerdos para un alto el fuego humanitario puntual en determinadas regiones "no está en el horizonte en este momento".
"No hay ningún alto el fuego en el horizonte en este momento, pero podría estarlo en unas semanas. Quizás en algo más de tiempo", ha afirmado Griffiths en rueda de prensa desde la sede de la ONU en Nueva York recogida por la cadena CNN.
Griffiths ha explicado que tiene previsto viajar esta misma semana a Turquía para reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para buscar fórmulas con las que la ONU pueda apoyar el proceso de negociación entre Ucrania y Rusia y ha afirmado estar "muy impresionado" por la labor de mediación de Turquía.
"Necesitamos observar muy, muy cuidadosamente las conversaciones y por eso voy a viajar esta semana a Turquía", ha explicado Griffiths. Después podría desplazarse de nuevo a Rusia. "Creo que debería volver", ha indicado.
De hecho, Griffiths ha apuntado que Turquía podría ser la anfitriona de un "grupo de contacto humanitario", un foro para estudiar fórmulas para garantizar el envío de ayuda humanitaria a la población necesitada. Las autoridades ucranianas ya habrían dado el visto bueno a esta propuesta y Griffiths espera que también lo haga próximamente el Gobierno ruso.
"He planteado a ambas partes que acuerden reunirse bajo los auspicios de la ONU en formato virtual o en persona para abordar cuestiones humanitarias, en particular su componente militar, posiblemente una tregua, su supervisión, los corredores seguros, las prioridades humanitarias", ha explicado Griffiths.
El pasado 28 de marzo secretario general de la ONU, António Guterres, anunció el nombramiento de Griffiths como mediador para lograr un "alto el fuego humanitario" para Ucrania.
"Podemos decir con toda confianza que la estrategia de guerra relámpago económica fracasó"
Por otro lado, El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó hoy que la "guerra relámpago" de Occidente con su política de sanciones contra el país por la campaña militar rusa en Ucrania ha fracasado, dado que, aseguró, la economía rusa está estabilizándose mientras que los estándares de vida de los europeos está bajando.
El cálculo de Occidente fue "socavar rápidamente la situación financiera y económica de nuestro país, provocar el pánico en los mercados, el colapso del sistema bancario, un desabastecimiento masivo de productos en las tiendas", dijo en una reunión con miembros del Gobierno sobre la situación económica del país. Putin aseguró, sin embargo, que "ya podemos decir con confianza que tal política hacia Rusia fracasó, la estrategia de guerra relámpago económica fracasó".
Sostuvo que las sanciones tuvieron un impacto en los propios países que las impulsaron, en cuanto a la "subida de la inflación y el desempleo, el deterioro de la dinámica económica en EEUU y los países europeos, la caída del nivel de vida de los europeos, la devaluación de sus ahorros".
"Rusia ha resistido esta presión sin precedentes. La situación se está estabilizando, el tipo de cambio del rublo ha vuelto a los niveles de la primera quincena de febrero y está determinado por una balanza de pagos objetivamente fuerte", afirmó Putin. En el primer trimestre, dijo, el superávit por cuenta corriente en la balanza de pagos superó los 58.000 millones de dólares, "y este es un máximo histórico", dijo Putin.
El rublo se cambiaba hoy a las 12.00 GMT a 76,12 dólares y 82,04 euros, mientras que a finales de febrero. Cuando Rusia inició su campaña militar en Rusia el rublo se desplomó casi un 30 % frente al dólar y el euro, una caída no vista desde al menos 1993 y 1994. En opinión de Putin, también la inflación "se está estabilizando ahora", a pesar de haber aumentado los precios al consumo solo en un mes y medio un 9,4 %, para situarse a fecha de 8 de abril en el 17,5 % en términos interanuales.
Asimismo, señaló Putin, "las divisas están regresando al sistema bancario del país y el volumen de los depósitos de los ciudadanos está creciendo", un 1,6 % en los diez primeros días de abril, según dijo hoy la gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiúllina. El presidente ruso afirmó además que el número de desempleados sigue siendo relativamente bajo, una aseveración que argumentó con el hecho de buenos indicadores sobre el uso de generación de electricidad.
Según los datos del pasado 30 de marzo publicados por la agencia federal de estadísticas, Rosstat, el paro en Rusia cayó del 4,4 % en enero al 4,1 % interanual en febrero, el más bajo desde 1991, si bien no hay aún datos del mes pasado, que es cuando muchas empresas internacionales suspendieron su actividad en el país o abandonaron el mercado ruso debido a las sanciones occidentales.
Según dijo hoy el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, solo en la capital unas 200.000 personas pueden perder su trabajo debido al cierre de empresas extranjeras. A finales de marzo Sobianin dijo que alrededor de 300 compañías internacionales cesaron su actividad en la capital rusa.
En cuanto al consumo, el jefe del Kremlin afirmó que, "después de un breve auge en una serie de productos, y esto sucede en tales situaciones siempre, la demanda minorista ha vuelto a la normalidad". También instó al Gobierno a acelerar la transición a contratos de comercio internacional en rublos y las divisas de aquellos países que son considerados "socios fiables".
Leópolis (Lviv), al oeste del país, denuncia nuevos bombardeos
Las autoridades de Leópolis (Lviv) han informado de múltiples bombardeos este lunes que han provocado 11 muertos —entre los que hay un niño— y 8 heridos, según el gobernador regional. El alcalde de la ciudad habla del impacto de cinco misiles sobre la ciudad y algunos periodistas que están sobre el terreno muestran en Twitter el humo resultante de uno de los ataques a una de sus estaciones de tren.
Leópolis (Lviv) ha sido, desde la invasión rusa el pasado 24 de febrero, uno de los principales puntos de salida del país para los ucranianos que huían de los ataques, por su cercanía con la frontera polaca, a unos 70 kilómetros. En esa parte del país se han registrado hasta ahora pocas hostilidades de las tropas rusas, aunque sí hubo dos ráfagas de ataques con pocas horas de diferencia el pasado marzo, coincidiendo con la visita oficial a Polonia del presidente de EEUU, Joe Biden.
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También cuatro civiles han muerto a tiros mientras intentaban huir en automóvil de la ciudad de Kreminna, en la región oriental de Luhansk, durante un ataque ruso, tal y como ha señalado el gobernador regional, Serhiy Gaidai, en una publicación en Telegram, y se han registrado explosiones en Dnipropetrovsk, al este del país. Ucrania ha informado que este lunes no habrá corredores humanitarios por segundo día consecutivo. Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero con el objetivo de erradicar a los que llama "nacionalistas peligrosos".
En su último vídeo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha vuelto a pedir más armas: "Cuanto más tardan en llegar, más gente muere", ha asegurado. Rusia y Ucrania han pasado el domingo dando versiones distintas sobre lo que ocurre en Mariúpol: el Kremlin la da por tomada mientras Kiev insiste en que sus tropas resisten. Ha pasado casi un día desde el fin del ultimátum de Moscú y sigue siendo imposible confirmar qué ha pasado con el último reducto de la resistencia ucraniana que queda en la ciudad, un destacamento de soldados atrincherados en un complejo industrial que da al mar de Azov. Este lunes por la mañana, los prorusos aseguran haber matado a su líder militar.
El primer ministro ucraniano defendía este domingo en la ABC estadounidense que la ciudad no ha caído y que sus soldados lucharán hasta el final para que Mariúpol no caiga y Moscú no se anote su primera victoria relevante después de 54 días de invasión. Eso le daría una posición de fuerza a Rusia en la mesa de negociación cuya continuidad depende —para Ucrania— de la suerte de esos soldados que resisten en la acería.
En realidad, Rusia ha recrudecido su ofensiva en varios puntos del país —no sólo en el Donbás— después del hundimiento del Moskva, el emblema de su armada naval en el mar Negro. Además de las explosiones de este lunes en Leópolis (Lviv), vuelve a ser especialmente cruentos los ataques en la ciudad de Járkov, al este del país. Dice Zelenski que en cuatro días han muerto 18 civiles allí y más de 100 han resultado heridos.