'Los tractores de Pilar de la Horadada' orgullosos de su trayectoria como 'corredores escoba'

Alicante

¿Nadie se ocupa de los últimos de cada carrera? ¿Quiénes son? ¿Qué les pasa? ¿Cómo ayudarles? Son los que nunca subirán al pódium, pero cuyas trayectorias esconden historias variopintas. La respuesta a estas y otras preguntas es lo que mueve a 'Los tractores de Pilar de la Horadada' a cumplir la función de acompañar y asesorar a los corredores y corredoras que ocupan los últimos puestos de las carreras y que, aún estando dentro del tiempo marcado por la organización, en alguna ocasión, han llegado a meta cuando allí ya no quedaba nadie.

Esta cariñosa y desinteresada labor hace que les busquen para ocuparse de este silencioso y casi invisible papel. Según Pedro Molina, uno de los fundadores del grupo, participan en carreras como las medias maratones de Elche, Cartagena, San Javier y Pilar de la Horadada; pero también en la Maratón de Murcia; y en algunos trails. En el caso de que sea una prueba con distintas distancias, sus corredores acompañan a los últimos de cada una de ellas.

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Según Molina todo comenzó durante el transcurso de un 'Camino de Santiago' que hacían en bicicleta. De allí pasaron a realizar andando los '101 kilómetros de Ronda' y tras aburrirse de andar, comenzaron a correr para ayudar a los últimos en carreras de 10 kilómetros, medias maratones y maratones.

Durante su labor, este corredor de larga distancia, afirma que actúan prácticamente como psicólogos: les apoyan, les asesoran y les orientan, en el caso necesario, para tomar algún atajo.

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En la actualidad, de 'Los tractores' forman parte 40 corredores y corredoras y todos los años organizan la denominada 'Vuelta al Mar Menor'. Esta carrera también tiene una filosofía muy particular. Es una prueba para un selecto grupo de elegidos. Además de los miembros del grupo cada año invitan a una docena más de corredores. Salen de Pilar de la Horadada y recorren los 70 kilómetros que circunvalan este paraje natural. Siempre van al ritmo del corredor más lento y en el tramo más complicado que atraviesan, de unos 700 metros, el agua les suele llegar hasta el pecho.

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