Una agresión grave, una trola chapucera y unos concienzudos agentes de Policía Nacional
Una mujer apuñala gravemente a un hombre con el que mantenía una relación y la Policía la detiene junto a otra mujer que trató de ayudarla para encubrir lo sucedido
Agentes de la Policía Nacional / CNP
Aranda de Duero
La agresión de una mujer a un hombre el pasado Sábado Santo en un domicilio de Aranda ha terminado con la víctima en la UCI y la presunta agresora y otra mujer en el calabozo de la Policía Nacional. Los hechos ocurrían el pasado 16 de abril, poco antes de las tres de la madrugada. Los servicios sanitarios de emergencias requirieron la presencia de la Policía Nacional en el interior de un domicilio donde estaban atendiendo a un varón de una herida sangrante en el tórax con pronóstico grave.
A su llegada al domicilio los agentes se encontraron a dos mujeres que no les ofrecieron explicaciones coherentes sobre lo que había sucedido. Además un análisis del lugar les permitió comprobar que el escenario de los hechos estaba alterado de forma consciente.
Seguidamente los agentes se trasladaron al hospital donde los servicios médicos explicaron a los agentes que el herido presentaba una herida punzante en el tórax, de unos diez centímetros de profundidad que al haber derivado en neumotórax y por su gravedad requería su traslado a la UCI del hospital Clínico de Valladolid. Antes de ello pudo aportar su testimonio a la Policía a quien manifestó que con anterioridad a los hechos se había celebrado una fiesta en la vivienda con varias personas en la que él no participó, puesto que estuvo viendo la televisión en su dormitorio, y que en un momento en el que se dirigió a la cocina notó un impacto en el pecho sin poder precisar ni observar quién se lo había causado.
Una versión poco verosímil, toda vez que en la habitación del hombre no había ninguna televisión, ni había indicios en el domicilio donde había tenido lugar el suceso de la celebración de fiesta alguna. Ni las versiones de las mujeres ni la del varón aclaraban lo ocurrido en el piso, la gravedad de la herida, motivo de la misma, ni la autoría de la agresión, por lo que los agentes decidieron trasladar a ambas mujeres a Comisaría para el total esclarecimiento de los hechos. Y es que tampoco entre ellos se ponían de acuerdo en los lazos que les unían, tratando de centrar la atención en la amistad entre las dos mujeres para no revelar una presunta relación sentimental entre la agresora y la víctima de la cuchillada.
Por otra parte, los vecinos habían sentido fuertes golpes y pasos subiendo y bajando la escalera, motivo por el que se inspeccionaron los contenedores de basura cercanos a la vivienda, donde se encontró una bolsa con dieciocho latas de cerveza vacías y un cuchillo de cocina.
Con todos estos elementos la Policía llegó a la conclusión de que la presunta agresora, que había declarado haberse traslado desde Madrid para pasar unos días de vacaciones con su amiga, estaba realmente en el domicilio porque mantenían una relación con el varón que fue después herido. Tras pasar la tarde noche bebiendo, ya de madrugada, habrían iniciado una discusión que habría terminado con la mujer clavándole un cuchillo de cocina en el pecho al hombre, siendo testigo del suceso la otra mujer. La hipótesis policial es que al comprobar la gravedad de la lesión y sus posibles implicaciones penales acordaron entre los tres ocultar la verdad de lo ocurrido.
Tal y como explican portavoces de este cuerpo de seguridad “Trasladado todo lo actuado al Juzgado de Guardia, y establecido sin ningún género de duda el motivo de la agresión, la autoría de la misma, el cuchillo empleado y las demás circunstancias del caso, particularmente la modificación del escenario de los hechos y las versiones contradictorias de todos los implicados, se presentaron en calidad de detenidas a las dos mujeres. La primera, por ser la presunta autora de la agresión y la segunda por ser cómplice de los hechos y encubridora." La primera ha ingresado en prisión por orden del juzgado.