Efemérides con sabor a 'Café y Poesía'
El nuevo Club de Poetas Inmortales de Cartagena prepara su puesta de largo en el Casino
Efemérides con Juan Manzanares y Club de Poetas Inmortales de Cartagena
Cartagena
Juan Manzanares nos acerca cada semana en 'Hoy por hoy Cartagena' efemérides relacionadas con Cartagena y su comarca. En esta ocasión, al margen de las anécdotas y curiosidades de la semana, hemos conocido al nuevo Club de Poetas Inmortales de Cartagena, cuya puesta de largo tendrá lugar este viernes en el Casino de Cartagena.
Julián Alcaráz y Sonia Henarejos son miembros del nuevo Club de Poetas Inmortales, y han hablado durante su intervención de cuál es el origen de este grupo de amantes de la poesía y cultura en general, y cuáles son sus planes de futuro.
Efemérides Semana del 18 al 24 de abril, con Juan Manzanares:
Muy buenas amigos. Como cada semana les invito a pasear y conocer nuestra Cartagena a través de sus pequeñas o no tan pequeñas historias, sus efemérides. Hoy veremos que pasaba en Cartagena en esos días de la semana del 18 al 24 de abril. Vamos a ello.
El 24 de abril de 1257, el rey Alfonso X con una gran visión de lo que hoy llamaríamos "libre mercado o comercio”, por una orden real, concede pasaporte a los mercaderes cristianos, moros o judíos que quisieran venir a sus reinos a vender mercaderías. Fue un adelantado a su tiempo, de ahí el sobrenombre de EL SABIO.
Y ésta como otras que les vengo contando, problemillas con la Iglesia. El 20 de abril de 1621, teniendo dudas los regidores de Cartagena de exigir el impuesto sobre el pescado al recibido por los miembros de la Iglesia, y consultados un teólogo y un jurista, aconsejan éstos no exigirlo por si son excomulgados. Acuerda el Cabildo no exigir dicho impuesto a la iglesia. Ya lo vio anteriormente Miguel de Cervantes en su Don Quijote “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”.
El 20 de abril de 1851, el primer documento escrito conocido en el que se utilizan los términos “Marrajos” y “Californios” referidos a los cofrades cartageneros es el periódico “EL FARO CARTAGENERO”
El 18 de abril de 1928, comienza la construcción de la batería de la Parajola. Dos años y medio durarían las obras. Batería célebre por ser su pieza núm. 1 la que hundió al Castillo de Olite. Hoy se conserva una pieza gemela de la misma batería en el Museo Militar del Parque de Artillería.
El 21 de abril de 1974, dan comienzo los trabajos de demolición total del famoso barrio del Molinete, el cual afortunadamente y gracias a los desvelos de la arqueóloga Blanca Roldán y otra gente, el Cerro es una de las joyas a mostrar al público.
El 20 de abril de 1993, dejó de existir como elemento mecánico, pero ya había sido dada de baja. Su final estuvo marcado por el implacable paso del tiempo.
La grúa Sansón había sido construida a principios del siglo XX y pertenecía a la Marina Española. Era capaz de levantar 100 toneladas de peso. Su pluma descansaba en una gran plataforma o patacha de forma cuadrada que flotaba sobre el agua. La grúa Sansón fue un elemento muy destacado y visible del puerto de Cartagena, y lo sigue siendo al estar ubicada como monumento en la rotonda de entrada al muelle de San Pedro, en el paseo del Muelle.
Y, el 22 de abril de 2021, hace un año exactamente, sus Majestades los Reyes, acompañados por la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía, presidieron la ceremonia de amadrinamiento del Submarino S-81 “Isaac Peral”, en el astillero de Cartagena, primero de una serie de cuatro que entrarán en servicio en la Armada Española en los próximos años, colocando a España en un papel relevante en la industria de construcción de este tipo de naves.
En las Historias desconocidas de la Historia conocida y, como ya hemos dejado atrás nuestra magnífica Semana Santa de este año, les voy a contar una anécdota que tuvo su aquel.
Ocurrió a principios del siglo pasado, es decir el siglo XX, cuando no era muy corriente cantar saetas al paso de los tronos de las Procesiones de Semana Santa.
Actuaba por entonces en el Teatro Principal, el famoso cantaor flamenco Antonio del Pozo, alias “El Mochuelo”, que tenía en esta ciudad muchos admiradores. Eran unos tiempos en que la ópera flamenca, como se dice ahora, se cultivaba en ciertas clases sociales y surgían los divos del flamenquismo con la facilidad con que en Cartagena gusta un crespillo, pues el antaño famoso “Juan Breva” dejó la semilla plantada con sus actuaciones en el Teatro Maíquez o en el café “El Habanero” o el del “Comercio”, y en otros muchos.
El “Mochuelo” era asiduo cantaor del desaparecido Café de la Marina, establecimiento en el que tenían una tertulia un nutrido grupo de amantes de la literatura, las Bellas Artes y los toros.
Estaba por entonces muy en boga la canción conocida por “Las Marianas”, de letra absurda y chabacana.
Llegó la Semana Santa y al paso de las imágenes pasionales, de vez en cuando turbaba el silencio, alguna que otra saeta que el público escuchaba con devoción.
Como hemos dicho, se hallaba en Cartagena “El Mochuelo”. Entre cañas de vino fino y manzanilla, anchoas, hueva y mojama acompañadas de almendras fritas, le pidieron los amigos que, al pasar los tronos cantase alguna saeta, y no tuvo más remedio que acceder para complacer a sus admiradores.
La noticia corrió como la pólvora, el establecimiento se llenó de gente y en las aceras colindantes se apiñaron gran número de espectadores, esperando el fasto suceso, pues no iban a ser cualquier cosa las saetas del “Mochuelo”.
Al pasar el primer trono, los comisarios lo pararon. El silencio era absoluto. La música dejó de tocar. El “cantaor” se pone de pie sobre una silla, tose como es de rigor para arrancar las telarañas de la garganta y aclarar la voz de los finos y manzanillas tomados, y sale cantando aquello de:
Sube Mariana sube
Suba a aquella montañita
Que arriba espera tu prima
Que además está manquita….
No se oyó más porque el escándalo fue similar al de la Plaza de Toros después de una espantá de Curro Romero.
Faltó poco para que el comisario del trono desplumara al “Mochuelo”, y éste se quedó con la saeta en el pico.
Preguntado después del suceso porqué había salido por “Marianas”, se disculpó diciendo que se le habían atragantado dos anchoas.
Amigos, espero que les haya gustado y, nos vemos la semana que viene. Y como siempre, les pido que se cuiden mucho y que lleven cuidado porque, como saben, el bicho no se ha ido, el bicho sigue ahí.