Por primera vez desde hace días, este miércoles en Ucrania sí habrá un corredor humanitario en Mariúpol para evacuar a unas 6.000 personas en 90 autobuses. El alcalde de la ciudad asegura que 100.000 personas permanecen en la ciudad y que decenas de miles han muerto en los ataques rusos. «Dada la catastrófica situación humanitaria, vamos a centrar nuestros esfuerzos en evacuar a esas personas», indicó, a través de Telegram, la viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, según informa el portal Ukrinform. Los soldados que todavía resisten en la acería de esa ciudad (Azovstal Iron and Steel Works) asumen un desenlace fatal: «Quizá estamos enfrentándonos a nuestros últimos días, si no horas. El enemigo nos supera en número 10 a uno», sentencia el mayor Serhiy Volyna, de la 36.ª Brigada Separada de Infantería de Marina de Ucrania, en un vídeo. En él detalla la ventaja de los rusos en «en el aire, en artillería, en sus fuerzas en tierra, en equipo y en tanques» y recuerda que ellos tan solo están defendiendo «un objeto, la planta de Azovstal, donde además del personal militar, también hay civiles que han sido víctimas de esta guerra». Serhiy Volyna recuerda que en Mariúpol «hay más de 500 soldados heridos y cientos de civiles, incluyendo mujeres y niños» y pide ayuda «a todos los líderes mundiales»: «Les pedimos que utilicen el procedimiento de extracción y que nos evacúen», suplica. «Pedimos que nos pongan a salvo en el tercer territorio del país. Gracias», termina diciendo con entereza. Rusia ha dado otro ultimátum a las fuerzas ucranianas que resisten en esa planta metalúrgica en Mariúpol para que depongan las armas este miércoles, después de que el martes expiraron otros plazos anteriormente dados sin que se produjera esa rendición. En esa planta acerística se encuentran los últimos resistentes entre las tropas ucranianas, en número no determinado pero que se estima en unos 2.000 a 2.500 y donde, según fuentes ucranianas, también se han refugiado miles de civiles.