"Nadie sabe lo que es notarte un bulto en el pecho y ver cómo crece cada día y cada noche durante tres meses de espera"
Tras dos años de pandemia y con el fin de las mascarillas, las mujeres con cáncer de mama continúan reclamando mejoras sanitarias
Santa Cruz de Tenerife
Dos años de pandemia después y tras dejar de ser obligatorio el uso de las mascarillas en interiores, las mujeres con cáncer de mama continúan reclamando mejoras sanitarias en Canarias. Se trata de uno de los colectivos que más ha notado el bloqueo del sistema público que ha supuesto el coronavirus. De hecho, la Asociación de Cáncer de Mama de Tenerife (Ámate) denuncia que la espera de las pacientes para operarse llegó a pasar de uno a tres meses durante este tiempo.
Según las cifras oficiales de la consejería de Sanidad, entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021, el tiempo medio de espera para operaciones generales y digestivas no ha variado de forma notoria, siendo actualmente de 90 días en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC) y de 114 días en el Hospital Universitario de Canarias (HUC). Sin embargo, no es posible conocer, según esta publicación, el caso concreto de las intervenciones oncológicas. En cuanto al número de personas pendientes de pasar por quirófano general o digestivo, sí se percibe un crecimiento, especialmente en el HUC, donde hasta finales del año pasado esperaban 1.664 pacientes, con un incremento de más de 600 respecto al mismo periodo de hace dos años.
La presidenta de Ámate, Maricarmen Bonfante, ha explicado en la antena de Radio Club Tenerife el calvario que siguen sufriendo muchas pacientes en las Islas. "Nadie sabe lo que es tener un cáncer, notarte un bulto en el pecho, y ver cómo te crece cada día y cada noche durante tres meses". Además, ha calificado las demoras sanitarias de injustificables porque "no hay derecho a que estemos esperando tres meses como hemos estado esperando por un diagnóstico o por ser operadas. Ha sido inhumano y hemos pagado las consecuencias nosotras (...) Han venido cánceres muy grandes, que al principio eran pequeños, y se han desarrollado enormemente. Como consecuencia, la metástasis. No tenía que haber sido así".
También ha relatado uno de los incontables demoledores casos que se han vivido a causa de la pandemia. Se trata de una mujer que murió hace tan solo unos meses: "Tenía dos niños pequeños y quería despedirse de sus hijos pero no les dejaban entrar al hospital. Sé que alguien del hospital los pasó una tarde, porque tenía un poco de conciencia y el corazón le dolía de ver la pena de la madre porque no podía salir de allí porque estaba enchufada por todas partes. Tuvo la suerte ella, pero hay muchas que se han ido sin ver a la familia".
Sobre el duro trance que ha supuesto la crisis sanitaria para las pacientes con cáncer de mama, Bonfante ha añadido que "hemos perdido a muchas mujeres y compañeras por el Covid, algunas que no tenían y lo han cogido en urgencias, otras porque evidentemente somos vulnerables...". También ha explicado el miedo que tienen ahora, con la retirada de uso obligatorio de los cubrebocas en los espacios interiores y ha pedido prudencia a la población: "Vamos a seguir cuidándonos como cada día, nosotras, de momento, no tenemos fecha para quitarnos la mascarilla".
La presidenta define estos dos últimos años como "horribles", un tiempo en el que han tenido que multiplicar la asistencia psicológica porque "hemos aguantado mucho, las mujeres venían destrozadas". En este sentido, ha detallado cómo afecta esta circunstancia a la salud mental de las pacientes: "yo nunca me he tomado un trankimazin y ahora me lo tomo todas las noches. Es horrible, yo no puedo acostarme, me molesta ese bulto. Es un día tras otro".
Ahora, desde Ámate, reconocen que la actividad sanitaria va recuperándose paulatinamente y reclaman, casi en un ruego, mejoras: "Ojalá lleguemos al mes (de espera para las operaciones) como estábamos antes, aunque me parece excesivo, pero no tres meses. No más, por favor".