Un conquense opta al premio Líder Saludable por fomentar el “sueldo emocional”

Cuenca

José Luis Martínez Jiménez (Cuenca, 1974) es de Almonacid del Marquesado donde desempeña el cargo de teniente de alcalde. Estudió Relaciones Laborales en la Escuela Universitaria de Cuenca, se especializó en prevención y en modelos de empresa saludables. Trabaja como Técnico en Prevención, Salud y Bienestar en la Sanidad madrileña. En los últimos años ha creado proyectos como SermaSaludable, CanariaSaludable, Por una universidad saludable o Guadalajara: una ciudad Sostenible y Saludable. También es autor del programa de ayuda emocional Cuidad al que cuida.

Recientemente ha sido designado como candidato a los premios nacionales Mi Empresa Es Saludable (MEES), en la categoría Líder Saludable 2022, en virtud a los méritos conseguidos a lo largo de su trayectoria profesional por favorecer la implantación, promoción y difusión de entornos saludables y humanizados en las organizaciones y por poner en valor el bienestar laboral de los profesionales con mejoras en su salud. El fallo se conocerá el próximo 8 de junio. Hemos conversado con él en Hoy por Hoy Cuenca.

“El objetivo es convertir las organizaciones en espacios más saludables y más humanos centrados en el empleado”, afirma. “Se trata de ofrecer unas condiciones atractivas a los trabajadores, lo que yo llamo el sueldo emocional, es decir, mejoras en la conciliación, en el envejecimiento activo, con prácticas saludables, el deporte, mejoras en la nutrición. El trabajador no solo lo hace por un sueldo sino que tiene que ir al trabajo más motivado y que sea más productivo. Y si puede ser feliz en su puesto de trabajo pues mucho mejor”.

Aunque Martínez Jiménez considera que “aún estamos en pañales en cuestiones de bienestar emocional y laboral en las organizaciones españolas, premios como los MEES dan visibilidad a grandes iniciativas y prácticas que están desarrollando empresas españolas que tiene en cuenta al profesional como centro de actividad. La mayor riqueza de sus empresa son sus trabajadores”.

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Por dónde empezar

“Primero hay que hacer un diagnóstico de la situación”, apunta Martínez Jiménez, “ver si ya hay puestas en marcha ciertas iniciativas del tipo antitabaco, paseos saludables de los trabajadores, si las máquinas de vending ofrecen ensaladas aparte de donuts, si los empleados van al trabajo en bicicleta, si se promueve que los trabajadores y usuarios, en lugar de utilizar el ascensor, suban y bajen por las escaleras. Son iniciativas y prácticas que mejoran la salud. Si se ponen en marcha tienen un efecto ejemplarizante en la sociedad. Todo lo que se haga en un hospital, ahora en el foco social, eso lo va a ver la ciudadanía y quiera reflexionen sobre cambiar su estilo de vida. Se trata de proyectar los estilos de vida en la población, si puede ser a través de iniciativas saludables al final tendremos una sociedad más sana y, lo más importante, va a reducir el gasto sanitario”.

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Más felices en el puesto de trabajo

“La idea es ser más felices en el puesto de trabajo”, explica Martínez Jiménez, “aportar ese salario emocional porque da valor a las empresas. Nos debe preocupar reducir el sedentario, promover buenas prácticas alimentarias, trabajar la detección precoz de enfermedades, buscar prácticas que equilibren las exigencias laborales, familiares y personales. Tenemos grandes cargas estresantes, la presión, factores ocasionados por la propia organización, hay que favorecer la integración, el compromiso social y la mejora de las organizaciones para convertirnos en una sociedad más sana”.

Mascarillas en centros de trabajo

“Siempre y cuando existan medias de ventilación en espacios interiores, creo que no debería haber ningún problema en trabajar sin mascarilla”, considera Martínez Jiménez. “Otra cuestión es que en ciertos espacios cerrados en los que no se cumplan estas condiciones quede en la responsabilidad de los propios usuarios el uso o no de las mascarillas. Mi opinión es que los espacios deberían cumplir, al menos, unas medidas mínimas de ventilación”.