¡Pobre libertad de prensa!

León

Hace décadas que los gobiernos de la Junta de Castilla y León controlan a través de inyecciones millonarias la línea editorial de importantes e influyentes grupos y medios de información regionales. Es parte de su receta para adormecer errores de gestión y ocultar los casos de corrupción que han surgido de sus mismas tripas. Es el brazo publicitario que alimenta los beneficios electorales durante la legislatura y que se acelera cuando llegan las campañas del voto.

En tiempos de bonanza accedieron a los chantajes de algunos de estos empresarios mediáticos, que también ofrecían otros servicios vía concurso público, en sectores tan diversos como limpieza, sanitarios, sociales, construcción o la obra pública. Ahora, cuando la industria informativa padece una crisis existencial y económica profundas, mantener validos en este sector le sale barato. Hay casos que con unos pocos miles de euros para pagar sus nóminas es suficiente compensa.

Todo esto y mucho más lo sabe. porque se lo han contado sus superiores, el nuevo vicepresidente de la Junta sin funciones. Conocer y decidir sobre los dineros del presupuesto del nuevo gobierno que regarán las maltrechas cuentas de los medios de comunicación regionales será una parte sustancial de sus tareas.

Vox no es un partido de credos y hechos democráticos. Y entre sus filias está el actual sistema autonómico que recoge nuestra Constitución, pero no reparan en formar parte de un gobierno autonómico a cambio del dinero y el poder que esto representa. Agnósticos en materia de libertad de prensa, podemos imaginarnos el futuro de los medios regionales críticos ahora que está de su mano el reparto publicitario, las subvenciones y las nuevas licencias de radio y tv.

No quieren ruido, dicen, ante las denuncias por posible cobro indebido de dos sueldos públicos por parte de su consejero Gonzalo Santonja, hechos ocurridos en su anterior cargo público. Para estos políticos de la extrema derecha, ese es el ruido que quieren liquidar. Que nos quieren robar.

Para consumo de los leoneses, y mucho leoneses, el presidente de las Cortes de Castilla y León, no acudirá a la fiesta de los Comuneros de Villalar. Cobra cerca de 100.000 euros, tiene coche oficial y chofer, pero no cree en esta mandanga institucional que es la que le paga.

En adelante, las mordeduras a la libertad de prensa en esta Comunidad serán de dos camadas de lobos, en lugar de una.