Por qué no leen: el tercio de españoles que no lee nunca según las estadísticas responde

Tres de cada diez españoles, es decir un 30 por ciento, de la población reconoce que no lee nunca. Según el Ministero de Cultura, que elabora cada año un barómetro de lectura, el motivo es porque o bien porque prefiere hacer otra cosa, como pasear o jugar a videojuegos, o bien porque prefiere no hacer nada. Esos que no leen y a los que se dirige especialmente Cultura en sus campañas de fomento de la lectura, han dado la cara, hablan con la SER de por qué no les gusta abrir un libro.

No se asocian en club ninguno. De hecho dicen preferir un buen libro a una buena película, una inmensa serie o un gran videojuego. Pero la realidad es que solo dos pasajeros de los cientos que pasan parte de su día en estos vagones de metros sostienen un libro entre las manos. El resto pasó la media hora que les acompañamos mirando el móvil.

Ya no es hora punta en el metro. Tampoco hay asientos libres. Viajamos en un vagón de la linea 10 del metro de Madrid, pero podría ser cualquiera. Si no fuera por el repiqueante sonido del tren el silencio sería abrumador y la falta de lectura también: "no leo, prefiero lo audivisual. La última vez que leí un libro fue en el cole hace mucho tiempo" reconoce un pasajero que ronda los 30 años con un móvil en la mano como el 95% de los usuarios que viajan en este tren; dice que leer le ocupa demasiados sentidos "con esto -señalando el móvil- puede ver, puedo escuchar; pero si leo no puedo hacer otra cosa que leer".

Novela, poesía y ensayo ((si lo hubo)) pertenecen al pasado. Victoria rotunda en este vagón de lo que entra por el oído "Soy más de música. Es que me cuesta. Me encantaba leer antes pero ahora siento que tengo que concentrarme mucho y me pierdo en las hojas". Esta joven de unos 20 años cree que toda la culpa la tiene el móvil. En su casa se leía. Ya no. Pero antes de llegar al destino suelta la frase por la que entra la esperanza: "las veces que he leído te metes mucho en el libro y es vivir otra realidad en la que te olvidas de lo que te rodea mucho más que cuando ves una serie".

Cuando se quiere pero no se puede

No leer puede no ser una decisión, sino un efecto secundario no deseado tras ser madre por ejemplo de un bebé con mucha más capacidad de movimiento que meses y tendencia a despertarse para ver amanecer "me duermo sin remedio. La lectura te exige concentración y necesito algo que no me pida pensar y desgraciadamente eso es la tele". Ana lee solo cuentos a pesar de sus probados efectos adormecedores "incluso por Reyes he pedido libros para animarme pero ahí están en la estantería adornando el salón".

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Elena tiene dos niñas "¡ostras! el último libro que he leido no me acuerdo, es que no me acuerdo ni cuál fue ni cuándo!". Tras un notable esfuerzo de memoria sitúa esa fecha entre el 2014 y el 2015, cuando nació la primera de sus hijas aunque a lo mejor todo es casualidad.