Dorian: "Cuanto más nos mezclemos y nos conozcamos, menos partidos de extrema derecha habrá"

"Si no puedo bailar, no es mi revolución", decía uno de los muchos lemas que nos dejó el 15M. La revolución o la política como algo menos solemne, como aquel Defender la alegría de Mario Benedetti. En esa línea de que lo político, lo crítico con el sistema no está reñido con el placer o la cultura o la diversión se inserta el nuevo disco de Dorian, Ritual, que se publica este mismo viernes.

En su anterior trabajo, Justicia universal, el grupo catalán, ya planteaba cuestiones políticas, al tiempo que mantenía su música vitalista y sus ritmos bailables. Hemos conversado con Marc Gili y Belly Hernández, vocalista y pianista, del paso más que han dado en Ritual. "Como letrista ya no podía estar hablando de lo que pasa en mi vida o en mi entorno, así que fui cambiando el yo por el nosotros y las letras adquirieron una mirada más social y fueron surgiendo canciones como Mundo perdido, una canción muy orwelliana que habla de los peligros de un mundo sin libros, con dogmas, donde la foto del Instagram está ganando la batalla a la profundización del texto, a la creación de una masa crítica que sea capaz de cotejar la información", insiste .

Todo eso lo hacen de manera luminosa: "Queríamos hacerlo no de una manera nihilista, sino de una manera luminosa. Cuando escuche Ritual, la gente verá que no es un álbum triste ni llorón, que es positivo, pero que refleja el paisaje después de la batalla de este Covid". Vuelven por todo lo alto, con una gira por América Latina que acabará en el Wizink Center y en Sant Jordi. "Cuando terminamos la pandemia, la gente estaba ávida por conciertos, por cultura, hay una parte espiritual que necesitamos llenar", recordaba Belly Hernández.

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Desde la crisis de 2008, la música indie española ha ido centrándose en temas más sociales y alejándose de una cierta tendencia al yo. "Tenemos letras y abordamos canciones que quizá parecen más propios del rap o el punk o la música de cantautor. Esto no tiene por qué ser así. Hacemos música de baile europea, pero no tenemos por qué acotar nuestros temas a la hora de hacer nuestras letras, al revés. Si yo puedo hacer un tema de baile con una letra que haga pensar a la persona que baila en la pista o en un festival, igual hago un quiebro en esa persona. Hay que reivindicar que cualquier estilo musical es válido para hablar de cualquier cosa", explica Marc Gili. Lo mismo que hace el teatro, desde la comedia, para reivindicar temas sociales. "El humor es una herramienta para entrarle mejor al espectador, que con un jiji jaja, reflexionen sobre lo que nos pasa", nos contaba hace un mes Javier Gomá o esta semana A Panadeira, compañía que ha llevado al Centro Dramático Nacional Las que limpian / As que limpan, una reflexión, desde el humor, sobre la precaridad de las camareras de piso.

De modo que en el disco hay letras como las de Tornado, que abordan un asunto de plena actualidad: la gentrificación. "Nos preocupa como barceloneses, el cómo se nos está expulsando de nuestros barrios, cómo se está produciendo un proceso salvaje de conversión de barrios populares en barrios boutique. Es un drama, junto con el precio del alquiler". También sobre el feminismo en Techos de cristal o Lento sobre cómo seguir avanzando. "Es una invitación a que no nos vengamos abajo cuando veamos que los cambios en la sociedad avanzan lentamente. El movimiento feminista avanza, hay cambios, hay motivos para ser optimistas con todo, menos con el cambio climático, porque es muy difícil revertir el modelo económico".

El racismo y la homofobia son dos de los temas que más destacan ambos miembros de Dorian. De hecho, Dual se la dedican en cada concierto a Samuel, el chico asesinado en A Coruña por ser gay. La letra trata de dar visibilidad a la bisexualidad, pero habla en términos generales a vivir y dejar vivir su vida sexual y sentimental. Por desgracia, sigue ocurriendo que una turba de imbéciles se carga a alguien por no tolerar esto. Estos asesinatos no son más que una carrera de consecuencias que empieza cuando permitimos en nuestro entorno directo agresiones de este tipo, cuando permitimos un chiste machista, homófobo o xenófobo permitimos que eso se expanda".

El auge de la extrema derecha es una de las preocupaciones del compositor, Marc Gili, que aborda en el disco. "Queríamos transmitir el concepto de cosmopolitismo en este álbum, ya que la idea de cosmopolitismo se contrapone a la de racismo o xenofobia. Cuanto más cosmopolitas seamos, cuanto más mezclamos estemos y más vecinos de diferentes razas y sensibilidades, más muros pondremos contra la xenofobia y el racismo y este tipo de patologías sociales que de vez en cuando van alumbrando monstruos políticos"

Como contrapeso, en el álbum aparecen nuevos ritmos, como el rap de Youthstar que rapea eso de 'Es el momento de recuperar el poder', y también nuevas lenguas, como el catalán, para incidir en ese cosmopolitismo que proclaman. "Necesitamos conocernos entre vecinos, hablar, mezclarnos. Cuanto más nos conozcamos entre nosotros, menos partidos de extrema derecha habrá en el mundo".