El presidente ruso, Vladímir Putin, y su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, habían hablado hasta ahora de que el objetivo «principal» de la segunda fase del ataque a Ucrania era la «liberación completa del Donbás», pero no se habían pronunciado sobre el sur. Hasta ahora el objetivo confeso de Rusia es crear un corredor terrestre desde Crimea (península ya anexionada) al Donbás, pero ahora admite que quiere crear un punto de acceso a la región separatista de Transnistria, en Moldavia. El jefe en funciones de la Circunscripción Militar Centro, el general mayor Rustam Minnekéyev, ha admitido abiertamente que «una de la tareas del Ejército ruso es establecer el pleno control sobre el Donbás y el sur de Ucrania». Con este movimiento Rusia busca «establecer un corredor terrestre a Crimea y ganar influencia sobre instalaciones vitales de la economía ucraniana y los puertos del mar Negro que sirven para las entregas de los productos agrícolas y metalúrgicos a otros países». Esta es una gran novedad en la estrategia de Putin, a la que se suma que ya admiten que el control de las regiones del sur de Ucrania dará al Ejército ruso acceso a Transnistria, región separatista prorrusa de Moldavia. Transnistria está en Moldavia, e internacionalmente está reconocido como parte de este país. Su capital es Tiraspol. Declaró su independencia en 1990, tras la desintegración de la URSS, y se vio inmersa en una guerra que duró dos años. Moldavia no reconoce la secesión y afirma que el territorio es parte de la región autónoma moldava de Stînga Nistrului (que significa literalmente, «la orilla izquierda del Dniéster»). Rusia tiene interés en esta región separatista, y de hecho mantiene en Transnistria un grupo de 1.700 soldados y un Grupo Operativo del ejército ruso que controla los arsenales que llegaron después de la desintegración de la URSS. Aunque Putin reconoce que Transnistria pertenece a Moldavia, no retira a su ejército para conservar su influencia en la zona. Además, denuncia la «discriminación contra los residentes de habla rusa». En 2022 el Consejo de Europa adoptó una resolución por la que reconocía la región de Transnistria como «territorio de Moldavia ocupado por Rusia». Tiene un estatus jurídico especial y desde 2005, en base a un acuerdo entre Moldavia y Ucrania, todas las empresas de Transnistria que exporten mercancías a través de la frontera con Ucrania deben ser registradas por las autoridades moldavas. Desde finales de febrero, cunado comenzó la invasión rusa de Ucrania, Moldavia está en estado de emergencia, y estará vigente al menos hasta el 20 de abril. La primera ministra de Moldavia, Natalia Gavrilita, defiende que «mientras hay una guerra en la vecina Ucrania y exista el riesgo de una nueva afluencia mayor de refugiados, existe una base sólida para solicitar una extensión del estado de emergencia». Desde el 24 de febrero el espacio aéreo moldavo está además cerrado. Con la medida de excepción se prevé una intensificación de las labores de patrulla de las fuerzas de seguridad, además de elevar el nivel de alerta antiterrorista.