La surrealista ¿celebración? del título del PSG: gradas vacías, pitos a los jugadores, 'dardos' postpartido, palmaditas en la espalda...
Los jugadores parisinos conquistaron su décimo título con un ambiente tétrico en el Parque de los Príncipes
El ambiente en París es lo más turbio del panorama futbolístico mundial. Un equipo marginado por su propia afición, que vio de primera mano como sus propios ultras se fueron del estadio en el encuentro frente al Lens en el que se decidió su título liguero, el décimo de su historia, dejándolos solos para celebrar el trofeo. El equipo, plagado de estrellas, parece no contentar a sus seguidores con el título doméstico francés.
Los ultras, en un movimiento coordinado, abandonar el Parque de los Príncipes en el minuto 75 con empate 1-1 en el marcador. Todos ellos decidieron salir del estadio antes del final del partido y por supuesto, antes de cualquier festejo por la nueva Liga que iban camino de ganar. Un hecho que cobra más importancia si se tiene en cuenta que el año pasado fue el Lille quien acabó vencedor del trofeo liguero, dejando seco a unos parisinos que no fueron capaces de llevárselo. La decepción en la Champions League sigue haciendo mella en los seguidores franceses, que no dudan en dejar de lado a sus propios jugadores en una celebración tan importante.
Más información
A las gradas vacías, se le unió los pocos festejos en el terreno de juego. Con un ambiente adverso y sin apenas gente en las gradas, el 'speaker' intentaba por todos los medios animar un ambiente gélido en París. Sergio Ramos era el único que parecía más feliz dentro del verde, después de conquistar su primer trofeo con el PSG. Abrazos, palmaditas en la espalda... todo muy lejos de lo que nosotros relacionamos con un ambiente de euforia y júbilo que provoca un título.
No obstante, el que podía estar más molesto con todo lo ocurrido en el encuentro frente al Lens es Neymar. Centro de todas las críticas y silbado en cada pelota que juega sea fuera o en casa, no se mordió la lengua tras el encuentro y desafiante, retó a sus propios aficionados: "Se van a cansar de pitar, me quedan tres años", después de decir lo que piensa medio mundo: "Fue surrealista que parte del público abandonará la grada".