Un viaje de miles de kilómetros que comenzó con un sueño
Nacho y Sergio son dos jóvenes madrileños, estudiantes de Periodismo, que han viajado a Ucrania para cumplir el sueño de convertirse en reporteros de guerra
Elecciones francesas y jóvenes reporteros de guerra
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Madrid
A los 18 años se imaginaron viviendo una vida a la que no van a renunciar. Sergio Martínez y Nacho Prieto se conocen desde hace muchos años, crecieron juntos compartiendo juegos y libros. Amantes de la lectura y del periodismo decidieron matricularse en Periodismo y Humanidades en la Universidad Carlos III, Madrid, para dedicarse a ese oficio del que tanto habían leído en los libros de Ryszard Kapuscinski. Lo tenían muy claro, pensaban que lo suyo más que una vocación era casi una misión.
Una vez en la facultad, comenzaron la carrera hace seis meses, se dieron cuenta de que la universidad es un paso obligatorio para encontrar trabajo pero que no lo es todo. Las clases no les servían mucho a nivel práctico. Sin querer generalizar porque siempre existen excepciones, aunque ellos no han encontrado tantas como les hubiera gustado, decidieron transformar su desilusión en el motor de una aventura y planificaron viajar a Ucrania para ver en primera fila un conflicto bélico, mirar de frente a la guerra, el dolor de quienes la sufren, porque las injusticias también tienen derecho a buenos textos que muestren lo que ocurre lejos de nuestro bienestar y ellos querían contarlo. Llevados por la ilusión y por el atrevimiento que otorga la juventud, un día, estando en clase, compraron los billetes de avión con casi todo el dinero que tenían ahorrado. Por supuesto, no dijeron nada a sus padres. Días después, el 6 de abril, embarcaban en un vuelo que les llevó a Cracovia. Su único equipaje era una pequeña mochila con algo de ropa, una cámara de fotos, el pasaporte y mucha ilusión. Su sueño acababa de empezar.
El periodista Ramón Lobo suele decir que todos transitamos por la vida con una mochila vacía que tenemos el deber de llenar con experiencias. Y eso es lo que han hecho estos jóvenes. Tras aterrizar en Cracovia fueron a Przemyśl (Polonia), a continuación estuvieron en el campo de refugiados de Medyka (Polonia) y después a Leópolis, Kiev e Irpín. Estos madrileños han llenado sus mochilas de una experiencia de vida que les ayudará a formarse como periodistas, han dejado a un lado la pasividad para presenciar la barbarie que causan las guerras así como la solidaridad de los cientos de voluntarios que han conocido a lo largo del viaje pero, sobre todo, han sido testigos para poder informar. Con el material audiovisual que han traído van a escribir un reportaje, su "primer trabajo periodístico serio", como ellos dicen. Están contentos, piensan repetir la experiencia pero han prometido a sus padres que les informarán previamente. Mientras tanto, seguirán leyendo a Kapuscinski, soñando y formándose para "defender un periodismo de verdad".