El fin de las humanidades

Córdoba

Hoy me gustaría darle la enhorabuena a la clase política que, desde hace cuarenta años, son responsables en nuestro país del desmantelamiento crítico de la educación pública. Lo habéis hecho estupendamente, unos y otros.

Las artes ya sufrimos nuestro calvario, con el habitual ninguneo institucional que contempla una visión de la creación plástica como manualidades… asumiendo desde la escuela una dinámica que ha culminado en la tortura triunfal de la ‘Goma Eva’. Es evidente que, en una concepción utilitarista del mundo, no interesa el arte como una herramienta de pensamiento crítico, imaginativo y creativo. Un fenómeno que, de hecho, es imprescindible, incluso en la investigación científica: ¿cómo se van a encontrar soluciones que no conocemos si no es siendo creativos en la investigación?

La persecución de las humanidades comenzaron con el Latín y el Griego. Asignaturas que, por su ´condición añeja´, sufrieron un desprecio que les resultó fácil de justificar. Ahora, en el colmo de idiotez, le ha tocado a la Historia -aquí sí quieren creatividad, para poder explicar lo que nos dé la gana, según les interese-.

Y cuando creíamos que no podrían superarse se dirigen -ya de un modo obsceno- contra la filosofía en el currículo oficial. ¿Para qué dudar? ¿Para qué objetivar los mensajes y enseñarles al alumnado a pensar por sí mismos? A cultivar la razón… ¿Para qué explicarles que la condición humana es compleja y ayudarles a conocerse, a ellos y a los demás?

El resultado es que nuestros hijos, nuestros alumnos -incluso universitarios- son cada vez más simples, más infantiles, son cada vez más uniformes, con más inseguridades de todo tipo; cada vez menos leídos, cada vez más manejables y fáciles de engañar.

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Enhorabuena, señores políticos, de izquierdas y de derechas, que habéis trabajado estas décadas por una estructura educativa cambiante y un sistema de enseñanza que esclaviza al profesorado a estar continuamente rellenando papeles, en vez de apoyarles en su labor con estabilidad y coherencia. Un pin para todos ustedes. Deben estar contentos, al menos ahora, gracias a las redes sociales, no se notará que, la mayoría de nuestro alumnado va a ser -simplemente- esclavos mentales del sistema. Al menos, pasarán su tiempo distraídos: Bob Esponja ha llegado a nuestras vidas, para quedarse como modelo.

Luego nos extrañamos del empuje de los populismos, y de ver en una presidenciales radicalismos de un extremo o de otro. En dos décadas, Trump nos parecerá un intelectual… y de los buenos.