El maltrato infantil está detrás de uno de cada tres problemas de salud mental en adultos
En los últimos tres meses la Polícía Nacional ha intervenido en tres casos de supuesto maltrato infantil. Psicólogos y pediatras alertan de que es difícil detectarlo
Zaragoza
La Policía Nacional ha intervenido sólo en los últimos tres meses en tres casos de menores de dos años supuestamente maltratados: un caso en Huesca, en el que el bebé falleció y dos en Zaragoza. El último ha sido la bebé de cuatro meses que permanece ingresada en el Hospital Materno-Infantil de Zaragoza desde este pasado fin de semana y que podría quedarse ciega y sorda. El padre de la pequeña permanece en prisión preventiva a la espera de juicio.
El maltrato infantil es el responsable de uno de cada tres problemas de salud mental en la edad adulta. Detectarlo no es fácil y por ello la Asociación de Pediatría de Aragón y ANIR, la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos, piden a los facultativos que se tenga en cuenta esta posibilidad en todas las revisiones. No obstante, sí hay una estimación.
"Es muy difícil precisar", reconoce la presidenta de la Asociación de Pediatría, Elena Javierre. "Es verdad que aunque existe, estimaría que pudiera ser una frecuencia al año de tres casos en una consulta de Pediatría con un cupo de 1.000 niños".
Secuelas en la edad adulta
Detectar estos casos es vital porque, además del daño que sufre el niño, el maltrato acarrea otras secuelas en la edad adulta, como depresión, ansiedad, trastorno de la personalidad o el doble de riesgo de protagonizar un intento suicida.
También según ANIR, la Asociación de Psicólogos Clínicos y residentes, el maltrato infantil duplica las posibilidades de padecer psicosis, esquizofrenia y trastorno bipolar.
Gloria Bellido, psicóloga de ANIR, explica que "las señales pueden ser muy inespecíficas". Así, "puede haber alteraciones en la conducta, cambios en el comportamiento del niño, puede haber alteraciones emocionales, ya sea en forma de tristeza o de inhibición, nervios, problemas de sueño y de concentración en los estudios o dificultad de la relación con iguales".
Señales físicas
Aunque hay señales físicas que pueden alertar. "Lo que más podemos a veces detectar son las erupciones cutáneas, hematomas, heridas, quemaduras... que nos hacen sospechar de que traumatismo es diferente a lo que es habitual en un niño", continúa Elena Javierre.
Por eso, psicólogos y pediatras aconsejan que siempre consideren este opción, "que tengamos en cuenta que esta es una opción que siempre está, que nos olvide que un niño puede estar sufriendo maltrato y que ésta pueda ser una de las causas de estos problemas y que sea parte de la exploración que hagamos", señala Bellido.