Semana Santa 2022

Jerez de la Frontera

Con el regusto aún en los labios tras la pasada Semana Santa, y después de haber escuchado con interés los ‘sesudos’ análisis posteriores que todos los medios han dedicado, voy a aportarles hoy, de mi cosecha y de manera telegráfica, tres apuntes adicionales inéditos.

Hay una creciente ‘espectacularización’ de los participantes en las procesiones. Los nazarenos, y sobre todo los costaleros, siempre se habían fotografiado en la ‘intimidad’ de los templos delante de sus imágenes. Pero lo de este año, al menos para mí, ha sido de traca: nazarenos de alto rango en el cortejo (deducible por su insignia) posando en la calle sin ningún pudor; grupos de costaleros delante de los pasos, posando sin ningún rubor. Sinceramente, creo que no se dimensiona bien el acto de piedad en el que se participa. Después, se exige al nazareno de fila un comportamiento ‘cuasi’ hierático.

Las nuevas hermandades, sobre todo si piden elementos del ajuar de otras imágenes, o enseres para el cortejo, deben extremar la cautelas a la hora de ponerse en la calle. No es de recibo que esos ‘préstamos’ tengan que mojarse por culpa de la imprudencia de quien no valora lo que no es suyo porque no le costó nada adquirirlo. Ahora, ¿quién va a asumir los costes? Además, en muchos casos, se prestan por Juntas de Gobierno objetos artísticos notables sin previa consulta y comunicación a la Delegación de Arte Sacro, infringiéndose así decreto episcopal.

Y finalmente, los actuales miembros de Junta de Gobierno han vuelto a ‘entregar’ los exornos florales a los floristas, convirtiendo en algunos casos los pasos en ‘Expofloralia’, por la variedad de flores y de colorines. Y no digo que aquellas hermandades que no tienen hermanos que pongan las flores, no busquen fuera a personas o empresas que lo hagan, sino que sea en todo momento la Hermandad quien decida y seleccione las flores. Y en esta parcela ganará siempre el clasicismo, esto es, el equilibrio y armonía de las formas.