La fuerte caída en las pruebas de detención de la COVID-19 en todo el mundo está obligando a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a volar «a ciegas» frente a los nuevos patrones en la evolución de la enfermedad, que todavía hace estragos y continúa evolucionando. La Organización Mundial de la Salud pide precaución y Tedros Adhanom Ghebreyesus, su director, pide a todos los países a mantener la vigilancia respecto al coronavirus. La parte positiva es que los contagios en el mundo siguen una tendencia a la baja, con 15.000 nuevos casos reportados la última semana, aunque Adhanom advierte de que de esta reducción puede deberse al menor número de tests que realizan los gobiernos. El problema de reducir el número de tests es que la OMS recibe cada vez menos información sobre la transmisión y la secuenciación” del virus, que sigue mutando y evolucionando. “Esto nos hace cada vez más ciegos a los patrones de transmisión y evolución” de la pandemia, que “no ha acabado ni mucho menos”, declaró. La OMS pone como ejemplo a China, que ante el reporte de nuevos casos está haciendo test masivos en una decena de distritos de su capital, Pekín, donde residen más de 20 millones de personas. En España, la curva epidemiológica de la COVID muestra nuevamente signos de avance cuando casi se cumple una semana después de levantarse el uso de las mascarillas. Sube la incidencia entre los mayores de 60 años hasta los 608 casos (108 puntos más en una semana), crece la trasmisión y la ocupación hospitalaria, principalmente en planta, que pasa del 5%. Desde la retirada de las mascarillas se han diagnosticado en España más de 40.000 infecciones en mayores de 60 años, grupo que sirve como referencia para medir la evolución de la trasmisión. los indicadores hospitalarios en las unidades de cuidados intensivos (UCI) en la mayoría de los territorios siguen normalizados y estables, con una media en España del 4 % (3,8 % hace una semana) y un total de 364 ingresados, por lo que el ascenso de la trasmisión ha tenido mayor repercusión en planta, con 820 ingresados más en siete días, 6.455 en total hasta la fecha en toda España. Las autoridades sanitarias atribuyen estas subidas a la mayor interacción social durante la Semana Santa, la retirada el miércoles pasado de las mascarillas en interiores y a eventos primaverales que se llevan a cabo en gran parte de los territorios de España.