Amaia Aretxaga (Bikarte): "Las niñas y niños bielorrusos y rusos son ahora los grandes olvidados"

Bilbao

41 menores ucranianos de la asociación vasca Chernóbil Elkartea llegaron a mediados de abril a Euskadi. Pudieron salir desde Polonia hasta Bilbao en varios autobuses que fletó la organización. Sin embargo, en el otro lado de la frontera de Ucrania, la que limita con Rusia y Bielorrusia, continúan centenares de niñas y niños atrapados en situaciones de pobreza. "Están pasando mucho miedo. Tienen tanques en sus propias aldeas y las bombas a unos metros. Las familias biológicas nos describes situaciones de terror", explica la presidenta de Bikarte, una asociación que trabaja con la infancia más desfavorecida, Amaia Aretxaga.

Entrevistada en La Ventana Euskadi, Aretxaga considera que estos también "no solo son niños de la guerra porque se están viendo afectados, sino que las restricciones y los precios han empobrecido a las familias". Desde Bikarte, aseguran que los precios han subido. "Estamos hablando de familias monoparentales con una madre y con cinco o seis hijos, que antes ganaba unos 90 euros al mes y ahora unos 60", asegura.

Por ello, están realizando esfuerzos para que en verano estos menores puedan volver a Euskadi. En caso de no conseguirlo, serían ya tres periodos estivales sin regresar, dos motivados por la pandemia y el tercero por la guerra. "Es muy importante para su salud física, pero sobre todo, la psíquica", expresa en la SER. "El gobierno bielorruso solo nos deja sacarlos por vía aérea, pero el espacio aéreo está cerrado. En cambio, Rusia no firma los documentos que les permite la salida porque no quieren que vayan a Europa", lamenta.

Están en permanente contacto con la subdelegación del Gobierno español en Álava. "Son los únicos de todos los organismos estatales que nos han concedido una entrevista y nos escuchan", muestra aliviada Aretxaga. Sin embargo, eso no es suficiente: "Nos sentimos impotentes. Son niños que no interesan ahora mismo a nadie".