Suegras, primos y demás parientes
Santa Cruz de Tenerife
Que estamos en crisis es evidente. Pero la cosa debe de estar muy grave cuando el Papa Francisco pide respeto para las suegras, al tiempo que solicita a las propias madres políticas que moderen y controlen sus lenguas. Es decir, que no rajen contra las nueras y demás familiares colindantes.
Lo que pasa el es que el Pontífice no se ha percatado de que sus palabras sacan de la foto familiar y mandan al paro del ostracismo a la figura del cuñado, que hasta el pronunciamiento sobre las suegras y sus lenguas ocupaba la condición de diana de todas las descargas familiares.
Las suegras pasan a un lugar preferente, pero lamento que Su Santidad no haya dicho nada sobre primos expertos en la inexistencia del cambio climático como, por ejemplo, tenía Mariano Rajoy. Ni sobre hermanos ni otros primos comisionistas mientras la gente palmaba en los hospitales o los ancianos eran abandonados sin la requerida atención que merecían en los centros sociosanitarios de la capital del reino.
Hay familias que son más que familias y se constituyen en empresas grandes de España, capaces de colocarle por un puñado de millones antifaces contra el Covid hasta al legendario personaje de los cómics apodado como El Zorro.
Tiene tela la foto de varias familias de este país, que, presuntamente, son perfectos émulos de las familias sicilianas que ganan dinero a mansalva sin pegar un tiro a nadie y sin tener, metafóricamente hablando, las manos salpicadas de sangre.
La familia es muy importante. Si no, recuerden cómo Hassan II llamaba "hermano" al rey emérito. Y ya puestos a mencionar al reino alauita, loco ando por la anunciada venida a estos pagos del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para conocer cómo nos explica la vendida de la jaima y de la burra que han hecho con el pueblo saharaui.
Cantaban Gabi, Fofó y Miliki que no hay nada más bonito que la familia unida; solo que les faltó añadir "unida y comisionista". Esto sucede mientras ustedes y nosotros somos los verdaderos primos sin que nos una lazo sanguíneo alguno.




