A vivir que son dos díasUniverso Andújar
Opinión

El hombre más rico del mundo no es una mujer

"Hoy el dueño del pájaro no es un condenado, sino el tipo con más pasta del planeta. Lo estamos perdiendo todo. Hasta el consuelo de compartir la jaula. Hemos cambiado la igualdad por la identidad. Preferimos ser idénticos a ser iguales."

El hombre más rico del mundo no es una mujer

El hombre más rico del mundo no es una mujer

02:14

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1651300980665/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Madrid

No habrá auténtica equidad hasta que el hombre más rico del mundo no sea la mujer más rica del mundo. Porque la igualdad bien entendida empieza por el dinero que se tiene. Vivimos en una zona de penumbra, así es nuestra época. Antiguamente, a la zona de penumbra se la llamaba la dimensión desconocida. Como todo es incierto, hoy conviven a la vez lo neo y lo post. Por ejemplo, por una parte se habla de poscomunistas y, por otra, de neofascistas. Los prefijos los pone el diablo. Post es lo que se va y neo lo que viene. Quien reparte los prefijos gana la partida. El hombre más rico del mundo acaba de comprarse la red social más influyente del mundo. El pajarito azul de Twitter. Hasta ayer, cada vez que pensaba en un hombre y un pájaro me acordaba de El hombre de Alcatraz, aquella película donde Burt Lancaster se convertía en ornitólogo metido en la cárcel. Todo preso sueña con volar. Hoy el dueño del pájaro no es un condenado, sino el tipo con más pasta del planeta. Lo estamos perdiendo todo. Hasta el consuelo de compartir la jaula. Hemos cambiado la igualdad por la identidad. Preferimos ser idénticos a ser iguales. Lo idéntico nace de la repetición y del plagio, dos constantes en el estilo de vida actual. La igualdad requiere un esfuerzo. No viene de fábrica. Cuando era chaval, los iguales eran los cupones de la ONCE. En líneas generales, donde no alcanzan los principios llegan la terminaciones. Y más antiguamente, cuando empezó la edad contemporánea, el triunfo de los iguales fue el sueño conspiratorio de Babeuf. No lo consiguió, acabó en la guillotina. La Revolución no le perdonó su pasión por la igualdad perfecta. Ahora, la extrema derecha se muestra como una posibilidad de gobierno, y los ciudadanos somos el juguete del hombre más rico del mundo.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00