Un 83% de la ciudadanía afirma encontrase a menudo con noticias falsas: iniciativas ciudadanas frente a la desinformación
Proyectos como Habla Canarias o La Porvenir pretenden fomentar el pensamiento crítico y el conocimiento frente a la rapidez informativa de la era digital

Sala de conferencias. / Media Raw Stock

Madrid
Internet y las redes sociales han permitido que tengamos un mayor acceso a la información, de un modo más inmediato y con un alcance más amplio. La era digital ha cambiado de un modo colosal la manera en la que se consumen los contenidos. Desde la creación de podcast de crítica social hasta los carruseles informativos en redes sociales, los ciberactivismos se encuentran cada vez más presentes en nuestro día a día. Sin olvidar el camino que queda por recorrer en la eliminación de una brecha digital que pone de manifiesto que el acceso puede llegar a ser un privilegio en muchas ocasiones, las tecnologías de la comunicación, información y relación han logrado que el modo de compartir e intercambiar contenido sea cada vez más directo. En este sentido, las redes sociales y plataformas digitales han cobrado un especial protagonismo.
Desde canales en Twitch donde se fomenta la participación del espectador, no siendo un oyente pasivo, sino pudiendo comentar y acompañar al entrevistador planteando preguntas a través del chat, hasta los directos en redes sociales en los que se abordan diversos temas de interés social. Hoy se producen y comparten contenidos que pueden tener un alcance mayor e inmediato. Y, a pesar de que también fomenten el empoderamiento y nos permita contar con herramientas muy valiosas, esta rapidez trae consigo, en muchas ocasiones, que la responsabilidad y ética de los contenidos se difumine a través de un clic determinado por la inmediatez. Tanto es así que un 83 % de la población española encuentra a menudo noticias que distorsionan la realidad o que incluso consideran, directamente, falsas.
Solo un 14% de la población española sabe distinguir una noticia falsa
Así lo recoge el último Eurobarómetro, en el que se añade que un 82 % del conjunto de la ciudadanía de la Unión Europea creen que estas noticias falsas son un problema para la democracia en general. En cambio, la cifra desciende al 57 % entre quienes afirman identificar fácilmente la desinformación. Por otro lado, según un estudio de Simple Lógica junto a la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en España solo el 14% sabe distinguir fake news, aunque un 60 cree que puede.
El impacto de la pandemia no solo ha sido evidente en la economía, sino también ha dificultado la generación de espacios comunes de diálogo abiertos para la población. Frente a la desinformación, se pretenden recuperar estos espacios de conocimiento colectivo generando proyectos de debate y diálogo social basados en la escucha activa. Iniciativas como Habla Canarias, a través de la creación de encuentros de debate abiertos a la ciudadanía en torno a diferentes temáticas de interés común en nuestra sociedad, pretenden fomentar el pensamiento crítico y hacer accesible la información, en las calles y aulas, de un modo más horizontal.
Otras maneras de generar conocimiento son posibles
Desde temas como la educación financiera, hasta medioambiente, ecología, salud mental, alimentación o violencias estéticas, este proyecto, generado por la asociación Uvedevida, ya cuenta con miles de visitas en sus redes sociales y canal de YouTube y con cientos de personas que han acudido a sus encuentros. Además, en su guía de acogida y acompañamiento para la participación, establecen una serie de acuerdos de convivencia que consideran "esenciales para tener una buena convivencia en todo el proceso". Sus pilares fundamentales son el respeto hacia los demás, la asertividad, ser amable con el resto de miembros de la comunidad y establecer críticas constructivas que no hagan daño. Además, en su nueva edición, también llevan los debates al ámbito académico.
La Porvenir es otra de las iniciativas sociales basadas en la democratización del conocimiento, tal y como recogen en su página web. En este caso, se trata de una organización que desarrolla cursos, charlas, encuentros, diálogos, experiencias y jornadas que “puedan facilitar la disposición a la experimentación de prácticas radicales de acompañamiento y gestión del sufrimiento psíquico”. Todo ello desde en un entorno de autogestión, de apoyo mutuo y con un enfoque construccionista y social: "Un cambio cultural necesario y urgente sobre poner en el centro la vida, los cuidados, la escucha, la polifonía (escuchar abiertamente las diferentes voces y opiniones), los derechos humanos y la igualdad, y por tanto desjerarquizar la experticia (es decir, que las profesionales no tengan la última palabra)".

David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...




