El grave error de diseño que está 'decapitando' los tanques rusos en Ucrania
A diferencia de los tanques occidentales, los tanques rusos cargan proyectiles automáticamente en sus torretas

Un tanque ruso, destruido en Georgia. / avstraliavasin

Desde que empezó la guerra de Ucrania se han difundido decenas de fotografías que muestran tanques rusos destruidos o abandonados a su suerte en territorio ucraniano. Una de las principales razones de esta debacle es un error de diseño en los blindados del gigante euroasiático que los países occidentales conocen desde hace décadas.
Según expertos en tecnología militar consultados por la CNN, el punto débil de los tanques rusos es que llevan múltiples proyectiles en su torreta, donde viajan la mayoría de los tripulantes. En concreto, bajo la 'cabeza' del vehículo se almacenan hasta 40 obuses que se cargan de forma automática. Esto los hace muy vulnerables, ya que cualquier impacto puede generar un efecto dominó que haga explotar toda la reserva de munición y 'decapite' el carro de combate.
"Lo que estamos presenciando con los tanques rusos es un fallo de diseño", asegura Sam Bendett, asesor del Programa de Estudios de Rusia en el Centro de Análisis Navales (CNA) y miembro del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense. "Cualquier impacto exitoso enciende rápidamente la munición, causando una explosión masiva, y la torreta literalmente vuela", ahonda.

El error de diseño es especialmente grave porque, más allá de las pérdidas materiales, puede causar bajas en la tripulación. "La tripulación del tanque, generalmente formada por dos hombres en la torreta y un tercero al volante, son blancos fáciles", detalla Nicholas Drummond, analista de la industria armamentística especializado en guerra terrestre y ex oficial del ejército británico. "Si no sales en el primer segundo, estás frito", valora.
Un error conocido desde la guerra del Golfo
El error de diseño que convierte a los tanques rusos en "ataúdes móviles" —en palabras de Drummond— llamó la atención de los servicios de inteligencia occidentales ya durante la guerra del Golfo (1990), cuando se observó que un gran número de tanques T-72 —de fabricación rusa— utilizados por el ejército iraquí volaban por los aires al mínimo contacto un misil antitanque.
Rusia no aprendió de los errores que su armamento demostró en Irak. La serie T-90, sucesora del T-72, mejoró su blindaje, pero el sistema de carga era el mismo que el de su predecesor. El T-80, tanque ruso que ha protagonizado la invasión de Ucrania, cuenta con la misma tecnología. El vehículo de combate de infantería BMD-4, habitualmente ocupado por tres tripulantes y capaz de transportar otros cinco soldados, ha demostrado una vulnerabilidad similar.

Así es el T-72 ruso / Alexpl - C.C.

Así es el T-72 ruso / Alexpl - C.C.
Según Drummond, los ejércitos occidentales sí que aprendieron a compartimentar las municiones tras la guerra del Golfo. Así por ejemplo, el vehículo estadounidense Stryker, desarrollado después de la primera guerra de Irak, cuenta con una torreta donde se cargan los proyectiles, pero este elemento está separado del espacio donde se encuentra la tripulación. "Si la torreta recibe un golpe y sale volando, la tripulación aún está a salvo", cuenta Drummond.
Otros tanques occidentales, como el M1 Abrams, son más grandes y no tienen carrusel, sino que un miembro de la tripulación se encarga de recuperar proyectiles de un compartimento sellado y los transfiere a la torreta. El compartimento tiene una puerta que el miembro de la tripulación abre y cierra entre cada disparo del tanque, lo que significa que si el tanque recibe un impacto, es probable que solo quede expuesto un proyectil en la torreta.
¿Por qué Rusia sigue usando tanques defectuosos?
El sistema de carga automática que utilizan los tanques rusos tiene ciertas ventajas. Bendett aclara que Rusia ha elegido este sistema para ahorrar espacio y hacer más compactos los vehículos, lo cual les hace, también, más difíciles de golpear.
El Ministerio de Defensa de Rusia lleva tiempo estudiando la opción de dotar al T-90 de sistemas de protección balística más sofisticados, pero reemplazar la tecnología de una fuerza terrestre tan numerosa como la rusa es una tarea cara y compleja. Además, dado que las estrategias de guerra no convencional han ganado peso en los últimos años, muchos países destinan cada vez menos recursos al desarrollo de armamento y blindaje.




