Design thinking y su papel en la estrategia de marketing
Hoy vamos a hablar de uno de esos conceptos de moda dentro del mundo de la empresa y el emprendimiento: Design thinking.
Fran Torreblanca en Hoy por Hoy Villena
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Villena
El design thinking es un enfoque que pretende generar innovación centrándose en las personas, que utiliza herramientas de diseño para integrar las necesidades de los individuos, las posibilidades de la tecnología y los requerimientos para el éxito del negocio.
Estos tres ecosistemas (personas, tecnología y negocio) convergen creando un espacio común que denominamos diseño, que puede aplicarse a productos, a servicios, o a procesos o modelos de negocio.
Consta de seis pasos: definir, investigar, idear, construir, medir y aprender.
· Se define a las personas que forman parte del proceso, la tecnología y las implicaciones que tendrá y el rol que tendrá la innovación dentro del negocio.
· Se investigan los problemas, necesidades y deseos de los clientes, utilizando herramientas como el buyer persona, el mapa de empatía y el lienzo de propuesta-valor.
El buyer persona hace referencia al perfil del consumidor al que queremos dirigirnos, el arquetipo. Después, con el mapa de empatía profundizamos en cómo se comporta este o estos perfiles.
Cuando tenemos esto claro, pasamos a la ideación y construcción
Se generan ideas con el objetivo de aportar soluciones a los problemas, gracias a herramientas como el mapa mental o el modelo Lego Serious Play. Las ideas han de trasladarse a uno o varios lienzos de modelo de negocio y para ello podemos aprovechar herramientas como el modelo Lean Canvas o el Business Model Canvas, que nos ayudan a plantear de forma muy esquemática y visual el planteamiento a trabajar.
Dentro de todo esto se escucha mucho un concepto: el MVP (Producto Mínimo Viable)
· Se construye a partir de aquí un producto mínimo viable (PMV), que puede ser un prototipo con funcionalidad básica siguiendo la metodología Lean Startup.
· Se miden los datos de las variables más importantes para poder cuantificar los resultados de la innovación aplicada bien en el producto, o en el servicio o en el modelo de negocio.
Por último, obtendremos un aprendizaje gracias a la interpretación de los resultados de la medición. Si dichos resultados ofrecen ciertas garantías se podrá trabajar una evolución del producto mínimo viable o ejecutar la aplicación de la innovación en el propio modelo de negocio.