Las Cruces de Mayo eran el momento escogido para “hacer diabluras”
La Firma de 'El Garrancho' 06/05/2022
La Firma de El Garrancho, en Hoy por hoy Cartagena 06/05/2022
Cartagena
Acaban de escuchar a Caridad y a Fulgencia Sánchez Otón, conocida como: “La Nena”. Ambas hermanas con 77 y 84 años (nacidas y criadas en La Magdalena, histórica población del Oeste Cartagenero) nos transmiten sus recuerdos de cómo celebraban antaño la fiesta de las cruces de mayo en muchos lugares del campo de Cartagena.
Al parecer, los orígenes de esta festividad, se remontan a antiguas civilizaciones que estuvieron presentes en nuestra península y que manifestaban su adoración a la naturaleza y a sus deidades a través de rituales que exaltaban acontecimientos trascendentes, como era el cambio de estación a la primavera. Siglos más tarde, fueron asimiladas por el cristianismo, venerando su símbolo más representativo y “vistiendo” con flores las cruces de hierro, que se encontraban instaladas para este fin en el exterior de muchas iglesias y ermitas, celebrándolo con música y bailes tradicionales a su alrededor.
Cari y Fulgencia nos cuentan como los jóvenes pretendientes colocaban en las ventanas de las viviendas de las mozas deseadas, una cruz adornada con olorosas y coloridas flores, que a veces se acompañaba de escritos, coplas o poesías que expresaban sus sentimientos. Las novias ya comprometidas, engalanaban su alcoba y exponían la cruz que sus prometidos les habían elaborado, junto con el ajuar que confeccionaban a lo largo de su noviazgo, abriendo sus puertas al vecindario para visitarlo. Sin lugar a dudas era una fiesta destinada al galanteo y la exaltación del amor.
Pero paradójicamente también la celebración de las Cruces de Mayo, eran el momento escogido para “hacer diabluras”. Al amparo de la oscuridad de la noche, como si de duendes traviesos se tratara, peñas de zagales y algún carlancúo*, se juntaban en la víspera de la cruz, para intercambiar los tiestos de flores a las mujeres, atrancar con palos o tapar puertas de las casas con haces de cebada, rejas de trillo y aperos agrícolas o trasladar carros a lugares lejanos, sin que el propietario lo advirtiera, lo que daba lugar a arriesgadas situaciones, tal y como nos cuenta Juan Martínez Martínez , conocido como “El Paletas”( natural del caserío de Los Bullas, en la Diputación de Los Puertos de Santa Barbara) partícipe de algunas de estas travesuras a mediados de la década de los años 50 del siglo pasado. (escuchar audio).
*En el habla Cartagenera CARLANCÚO/A: Persona de edad avanzada.
Como han podido oír, la mayoría de estas trastadas estaban destinadas a vecinos y personas conocidas que se encontraban enemistadas entre ellas o con los que se tenía alguna disputa, para que no tuvieran más remedio que verse las caras al día siguiente y entenderse si querían recuperar sus macetas o sus carretas. Pacífico procedimiento diplomático, que podría servir de ejemplo, para tratar de resolver muchos de los conflictos y problemas de convivencia que vivimos en la actualidad.
Cuando Fulgencia, Cari y Juan eran jóvenes, había mucha más población en los pueblos de la zona oeste, muy pocos entretenimientos y muchos menos días festivos que hoy en día y cualquier oportunidad era aprovechada para pasarlo bien y divertirse, repitiendo lo que sus antepasados venían haciendo. Hoy por hoy, este patrimonio cultural de nuestra tierra se ha perdido o está en peligro de hacerlo.
Disfruten cada uno a su manera de las celebraciones de las cruces de Mayo de Cartagena, que tras su interrupción forzosa se vuelven a realizar y sepan que este próximo Domingo día 8, en La plaza de la ermita de La Magdalena, la Asociación de Vecinos de esta población rememora.
algunas de las tradiciones ancestrales de nuestra tierra, para contribuir humildemente a que no caigan en el olvido y puede que incluso “El Paletas” encuentre su carro, que al parecer alguien le ha robado.
Que tengan buen fin de semana, radioescuchas de la SER de Cartagena
El Garrancho