Los pobres, y los ciegos, enérgeticos
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Los pobres, y los ciegos, enérgeticos
Canarias
Pobre no es solo el que pasa hambre. También quien no tiene un techo o, aún teniéndolo, pasa frío o carece de luz. La pobreza energética es tan real como el interruptor que toca, con su dedo insensible, el presidente de Iberdrola. O el sensor que enciende las luces de su casa a medida que entra o sale de una de sus habitaciones.
Aunque él no los vea, hay personas que viven en su misma ciudad, en su mismo país, que pagan la electricidad a precio de oro no porque sean tontos, como él sostiene, sino porque España tiene un sistema tarifario perverso. Y las energéticas una gran voracidad. Aunque no conviene generalizar.
Hay directivos que practican la aporofobia, el desprecio del rico al pobre, y otros que se atreven a llamar a las cosas por su nombre. Y superponen a sus intereses la realidad, por dura que sea: reconociendo que cada vez hay más bonos sociales eléctricos.
Que el sistema español es abusivo. Y que la solución ya la inventaron, y aplican, otros países de nuestro entorno, que no repercuten el precio horario a los consumidores.
Como decía Picasso, solo hay que saber plagiar.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




