Ibercaja pide acuerdo político para poder mantener el crecimiento económico
La situación actual exige reformas en formación, pensiones o en el sistema financiero, incluso un pacto de rentas. Según los analistas de la entidad, para ello son imprescindible mayorías parlamentarias sólidas
Sede central de Ibercaja en Zaragoza (ARCHIVO) / Cadena SER
Zaragoza
La economía aragonesa sigue creciendo a pesar de los sobresaltos internacionales que incluyen una pandemia, una guerra y la disparada inflación. No se prevé un escenario de recesión pero los economistas si alertan que de prolongarse en el tiempo podría empeorar la situación. Para ello, plantean ciertas reformas que puedan mejorar nuestra productividad y entre ellas, la del pacto de rentas que a principios de semana planteaba el presidente del gobierno, Javier Lambán.
El escenario no es el más favorable porque como ocurre en las economías familiares a mayor incertidumbre más volatilidad y esto detrae inversiones. Eduardo Sanz, profesor de la Universidad de Zaragoza y colaborador de la Fundación Basilio Paraíso, mantiene que nuestra economía sigue creciendo pero no hay que descuidarse porque, "el último tensionamiento provocado por la invasión de Ucrania ha supuesto un doble impacto negativo, un menor crecimiento y una mayor inflación". Si se prolonga esta situación y según como evolucione, continúa, a medio y largo plazo puede producirse una mejora o un empeoramiento.
El objetivo es mejorar la productividad porque es el indicador que a corto y largo plazo más condiciona el nivel de bienestar de la ciudanía y por eso se plantean reformas en todos los ámbitos, desde mejoras en la formación hasta las pensiones o el mercado de trabajo. Son los vectores que se analizan y que pueden contribuir a frenar los efectos de la guerra y los precios, es sí señala, "lo complicado de asumir una agenda reformista es que se articulen las mayorías parlamentarias".
El pacto de rentas, que se se ensayó en España a finales de los 70, puede ser una opción porque "es uno de los núcleos fundamentales" de los pactos de la Moncloa del año 1977. En una situación de inflación "el peligro está en que haya una subida encadenada y conforme a una espiral precio-salario que sea difícil de romper", lo que conlleva en el tiempo una pérdida de competitividad.
La idea es una moderación de beneficios y salarios pero insiste lo fundamental es que haya un acuerdo entre todas las partes
