Nietzsche y el mayo cordobés
Firma de opinión del filósofo José Carlos Ruiz, en Hoy por Hoy Córdoba
Nietzsche y el mayo cordobés. Firma de opinión de José Carlos Ruiz
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Córdoba
No sé a santo de qué, pero tras pasar la tarde del viernes en el patio florido de la calle trueque, me ha dado por pensar que el filósofo Nietzsche, en mayo y en Córdoba, igual sería feliz. Una parte de su filosofía trató de recuperar la figura de Dionisio, el dios de la fiesta. Frente a la pulcritud y perfección del dios Apolo racionalista y controlador, el filósofo alemán denunció el cruel intento de alejar a Dionisio del devenir de lo humano. Pero henos aquí, en Córdoba, abriendo un mes de mayo con vino, ese elixir que acompañó a tantas reuniones de amigos en los diálogos de Platón. No en vano, la palabra simposio viene a significar etimológicamente “reunión para beber”.
Abiertas las papilas gustativas, el siguiente paso se configura alrededor de los patios, lugares de encuentro y debate para muchos de los pensadores griegos y romanos. Que se lo digan sino a gran Aristóteles, que en su excelencia pedagógica ilustraba a sus discípulos caminando alrededor de un patio, sabedor de que el estatismo no era buen compañero para educar.
Y bajo este recorrido embriagador de sabores y olores, nos dirigimos al culmen de este mes tan fértil para Córdoba: la feria. Una fertilidad que se intuye en el homenaje que durante todo el mes realizamos a diosa Maya, a la que debemos el nombre del mes de mayo, y de la que cuentan que era tímida y hermosa, al igual que nuestra ciudad. Diosa relacionada con la fertilidad, con la tierra, con la cosecha… Y allí, en el recinto ferial, arrancamos a bailar, demostrando que el cuerpo es capaz de expresarse con la misma contundencia que las palabas. No en vano, el propio Nietzsche creía que deberíamos aprender a pensar de la misma manera que se aprende a bailar.
De modo que, en este primer mayo pos-pandémico, si les apetece, beban (con moderación), canten, paseen y bailen.