El Banco de Alimentos moviliza sus reservas económicas para hacer frente a la inflación

Córdoba

Con dos meses como excepción, durante el último año la inflación ha seguido una escalada sin freno hasta alcanzar el 8,3 % en abril. El Índice de Precios al Consumo (IPC) se ha visto contenido únicamente por las bonificaciones del Estado a la electricidad y el combustible. Son los dos bienes, junto al gas, en los que el incremento de precios se hace más palpable.

Pero también se nota en la cesta de la compra: carne, pan, cereales, legumbres, hortalizas, leche, quesos o, especialmente en el aceite de oliva no dejan de incrementar su coste para el consumidor. El pan, por ejemplo, sube su precio un 10,2 % en el último año y los huevos más de un 21 %. Es decir, con el mismo dinero, podemos comprar mucho menos. Y esto se hace especialmente acuciante en aquellos que compran en gran volumen con fines solidarios.

Carlos Eslava, director del Banco de Alimentos Medina Azahara de Córdoba, advierte que el incremento de precios obliga a "estirar mucho más las donaciones y ayudas de las instituciones". "Está subiendo todo y nosotros compramos 'a lo grande' para poder satisfacer la demanda que nos hacen las ONG y colectivos a los que servimos, por lo que lo notamos mucho más", lamenta mientras describe su última compra de dos camiones de leche, "que ha subido más de un 11 %".

A esto se añade, cuenta el responsable de la entidad, "una gran sensación de incertidumbre, porque cuando los proveedores no tienen algo en stock, no son capaces de garantizarte un plazo de entrega ni un precio, porque éste cambia cada día". Es lo que les ocurre "a diario" con algunos productos de primera necesidad y concretamente con la ampliación de la instalación fotovoltaica del Banco, "que no sabemos cuándo podremos hacer ni a qué coste", dice Eslava.

"Córdoba es tremendamente solidaria", insiste permanentemente cualquiera de las personas involucradas en el proyecto del Banco de Alimentos Medina Azahara. No obstante, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los gestos de altruismo de la sociedad se han visto divididos, lo cual ha repercutido en una disminución de las donaciones recibidas respecto al año pasado.

Así que, detalla Eslava, "estamos utilizando nuestros remanentes presupuestarios para que las entidades que reciben nuestros alimentos para ayudar a personas en situación de pobreza no sientan ninguna diferencia". Por ello, confía en la campaña de recogida de alimentos de mayo y junio, además de en la donaciones online, abiertas todo el año.

El sistema de donaciones económicas por la vía telemática, implementado tras la irrupción de la crisis de la Covid-19, ha permitido al Banco de Alimentos aumentar sus niveles de eficiencia y requerir de un menor número de voluntarios. "Disponemos de los fondos, hacemos las compras y nos llega el material ordenado y clasificado, por lo que ahorramos mucho trabajo", detalla Carlos Eslava, que emplaza a la ciudadanía a participar e implicarse especialmente en las campañas puntuales.

Ahora mismo gastamos más de lo que ingresamos, pero el objetivo es que las entidades que dan de comer a la gente no lo sientan

—  Carlos Eslava

En el Banco de Alimentos "no se ha notado un aumento de la demanda que nos transmiten las entidades a las que servimos", explica el responsable, pero pone el foco en que "si los precios siguen al alza, podríamos ver cómo en los próximos meses las situaciones de pobreza de muchas familias se agravan e incluso que personas que antes no han tenido que recurrir a ONG, se vean forzadas a hacerlo para tener un plato de comida".

Según el XI Informe Anual Sobre el Estado de la Pobreza y la Exclusión Social en España (2021) de la EAPN , el 21 % de la población nacional se encuentra en riesgo de pobreza. La cifra, cercana a los diez millones de personas, supone un incremento de 3 décimas respecto a los datos recopilados en 2020. Y el 5,4 % de la población no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días.

De hecho, según el mismo documento, el 45 % de los españoles indican "alguna dificultad para llegar a fin de mes" y un 10 % muestra "mucha dificultad". Extrapolando los datos, este último porcentaje representaría a 4,7 millones de españoles.