Hoy por Hoy Jerez
Opinión
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Perdiendo la esencia

La firma de Ildefonso Cáceres en Hoy por Hoy Jerez

La firma de Ildefonso Cáceres en Hoy por Hoy Jerez

Jerez de la Frontera

Dado que al fin, tras dos años de pandemia, hemos podido celebrar nuestra tradicional Feria del Caballo, bueno será hacer un breve balance de la misma, pues la Feria, como casi todas las festividades que se celebran en nuestro país, está perdiendo su esencia.

La Feria de Jerez, aparte de su maravilloso escenario natural, la iluminación extraordinaria que a todos asombra, el espectacular paseo de caballos o la libertad para acceder a sus casetas, también se caracteriza por su pasión por el flamenco, especialmente la bulería, que conjuga con toda naturalidad con el baile por sevillanas.

Sin embargo, ello se está perdiendo y la feria, en sintonía con la gran mayoría de celebraciones festivas, se está convirtiendo en un gran macro botellón a ritmo de reguetón. Llega San Fermín y una vez se encierran los toros, la ciudad es un botellón. En Valencia, fallas aparte, la juventud bebe sin control. Los carnavales de nuestra capital son más de lo mismo, y los jóvenes se emborrachan sin ton ni son aprovechando la fiesta. Incluso una celebración tan nuestra como Semana Santa, se convierte en un macro botellón en el centro de Jerez al llegar la madrugada del Viernes Santo, hecho este al que ni siquiera escapa la Navidad y sus tradicionales zambombas.

Y el problema no es solo que se beba; lo grave es que el alcohol exalta los ánimos y de ahí a la reyerta o a una panda de descerebrados calentones va un soplo. Algo que afirmo con conocimiento de causa, pues esta Feria estuve de guardia como Letrado en Comisaria y entre peleas, amenazas y otras figuras del Código Penal, eché varias mañanas entre Policías y Jueces.

Evidentemente, en un país libre prohibir no parece que sea la solución. Sin embargo, sería deseable un mayor control de este tipo de excesos y, fundamentalmente, que entre todos recuperemos la esencia de la fiesta.