¡Viene una bomba!

Esto que escribo no es idea mía. Lo cantaba al Carrusel Deportivo mi hijo Carlos Miralles en plena fiesta del ascenso. Si, Fernández Miralles pero cuando llegó a la Radio estábamos cuatro Fernández en antena y le adelantamos el segundo apellido.

Uno aprende mucho de los niños y Carlos siempre será mi niño por años que cumpla. Ya nada será igual y me lo puso en bandeja cuando decía que: “Son los niños los que tiran de los abuelos en la celebración. Cuántos niños…”, y mi otro hijo, Rafa, hablaba al Carrusel de lo nunca visto en Almería.

Va de niños esta mañana porque yo que me jactaba de que mi padre me llevó con cuatro años al Estadio de La Falange y luego siendo un bebé metí a mi hijo Carlos en el Juan Rojas, me he equivocado. Ya he perdido la ilusión por llevar a mi nieto Dany al Mediterráneo. Nada será igual.

Ayer

En esta ciudad la afición nunca ha sido numerosa pero si fue muy fiel porque se transmitía de padres a hijos. Era tradicional que el padre llevara al hijo y los abonados fueran familiares en su mayoría. La foto que mi padre tiene en el nicho es el fútbol. Su última foto con 62 años. Allí le doy los besos que en vida le negué. Suele pasar.

Mi padre fue el hombre más feliz del mundo cuando le regalé el abono de Primera División, bueno en realidad se lo presté porque me fuí a la Mili a Zaragoza y disfrutó como nunca de una A.D. Almería que nunca perdió en casa.

Hoy

Ahora los niños han tomado el Mediterráneo. Las calles están llenas de una ilusión infantil que nos garantiza el futuro. Mi nieto me pregunta por el portero Fernando y está loco con la Primera pero es su abuelo Juan el que lo lleva al fútbol con su abuela Nieves, mi mujer que son abonados.

El abono en mi casa nunca falta. En Primera los Fernández-Miralles llegamos a estar todos abonados, hasta mi hija María que llevaba la camiseta de Corona. Cuánta ilusión y que bonita la casa con banderas y bufandas rojiblancas por las habitaciones.

Mañana

Lo que viene no tiene nombre. Yo no lo veré pero el que viva para contarlo, Carlos, que me dio la idea verá como los niños van a multiplicar el proyecto de Turki y vamos a ser de Primera muchos años.

Si a un abuelo le pide su nieto una bufanda del Almería le compra dos y si quiere ir al campo con más ilusión que un niños el abuelo se pone en la cola. Esto ya es un juego de niños. Por mi profesión no pude llevar nunca a mi nieto al Mediterráneo. Ahora Paula, la hermana de Dany, está en lista de espera para ir al fútbol.

Qué bonito es ver a los niños tirando de los abuelos para ver al UD Almería.

¡Viene una bomba!

Un beso Carlos

Un beso papá, otro más de los miles que en vida te negué