Riazor, testigo del amor incondicional de la afición azulilla por el Linares Deportivo
Los de Alberto González, que perdían 4-0 ante el Deportivo de la Coruña, reciben el calor de cerca de 700 linarenses para cerrar una brillante temporada que se recordará por mucho tiempo

Afición azulilla en Riazor durante la semifinal del Play Off de ascenso a 2ª. / Linares Deportivo

Linares
Se acabó. El curso 2021/22 será recordado por lo sobresaliente de un Linares Deportivo que volvió a luchar por el ascenso a Segunda División y que, además, hizo soñar a propios y extraños al estar muy cerca de eliminar, en Copa del Rey, al FC Barcelona. Ejemplar el trabajo de la plantilla y cuerpo técnico que, junto con las decisiones acertadas de la directiva para enderezar la situación, fueron capaces de revertir lo que, a priori, iba camino de traducirse en un descenso de categoría.
De estar penúltimo, prácticamente, en el ecuador de la campaña en Primera RFEF, el Linares pasó a sellar un campeonato de ensueño durante la segunda vuelta. Números estratosféricos en una de las recuperaciones más sorprendentes que se recuerdan en el fútbol modesto y que, afortunadamente, le ha llevado a la disputa de la fase de ascenso a La Liga SmartBank.

Once inicial del Linares ante el Deportivo de La Coruña. / Linares Deportivo

Once inicial del Linares ante el Deportivo de La Coruña. / Linares Deportivo
No solo ha sido capaz de evitar dicho desastre o, como premio extra, clasificarse para el torneo copero del año que viene, ya que ha ofrecido, a los fieles seguidores, un regalo extraordinario, esto es, poder disputarle al histórico Deportivo de La Coruña, en un estadio no menos mítico, el regreso a la categoría de plata española. Riazor, sin duda, fue una caldera con más de 26.000 aficionados locales, los cuales, acabaron rendidos en aplausos hacia Linares y su afición.
Para el recuerdo queda aquella esquina del estadio donde cerca de 700 linarenses volvieron a respaldar, pese a la derrota, al Linares Deportivo. Sus cánticos antes, durante y, especialmente, después del partido, demuestran que el sentimiento azulillo está más vivo que nunca. Los jugadores, atónitos, experimentaron por enésima vez lo que significa para la afición amar un escudo sin importar el resultado.

Linares Deportivo y afición azulilla en Riazor. / Linares Deportivo

Linares Deportivo y afición azulilla en Riazor. / Linares Deportivo
Una lección de vida de la gran parroquia azulilla que, como en el pasado, ha vuelto a ser objeto de admiración y respeto en toda España después de este espectáculo de deportividad y apoyo incondicional. Nuestros pequeños del presente aprendieron, este sábado, que lo más importante es levantarse, sacudirse, y volver a pelear. Eso es, sin duda, la marca de la casa azulilla... algo que se transmitirá, igual que antaño, entre las generaciones venideras.
La afición no paró de animar y, como en las grandes citas, hacer honor a sus raíces. El Himno de Andalucía, por ejemplo, y como ha pasado por media España por donde ha jugado el equipo, volvió a retumbar en las gargantas de los azulillos que, a buen seguro, ya están esperando que alguien, en el club, aporte el primer dato sobre la temporada 2022/23.




