La Línea Todo por Descubrir: Santuario de la Inmaculada Concepción
La Línea
Al final de la transitada Calle Real y presidiendo la plaza a la que da nombre, se encuentra el Santuario de la Inmaculada Concepción. Un templo de majestuosa sencillez dedicado a nuestra patrona, donde el blanco y ocre de su fachada colorea el imaginario popular y le otorga un papel destacado como uno de los monumentos más emblemáticos de La Línea de la Concepción.
De hecho, este templo sería una de las primeras edificaciones realizadas al comienzo de la historia de nuestra ciudad. Fue la iniciativa popular, unida a la voluntad del recién creado Ayuntamiento, la que promovió la construcción de una nueva iglesia en el verano de 1870.
Anteriormente ya existía una capilla militar dedicada a Ntra Señora de la Purísima Concepción en las inmediaciones de la actual Plaza de la Constitución. Sin embargo, sus pequeñas dimensiones y su estado ruinoso obligaron a buscar un nuevo emplazamiento, favorecido por la donación de los terrenos por parte de Don Juan Garesse.
Fue el 2 de mayo de 1873 cuando se colocó la primera piedra de la nueva iglesia, como recuerda el panel de mármol situado sobre su puerta de acceso. Este mismo año, el Obispo Félix María de Arriete y Llano acordó constituir una parroquia independiente, dando como resultado la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción, reconocida oficialmente en 1880.
La nueva Iglesia de la Inmaculada Concepción de la Línea quedará finalizada e inaugurada el 8 de diciembre de 1879, coincidiendo con la festividad de la Patrona. No finalizarán, en cambio, los añadidos a la misma, como la construcción del archivo, la sacristía y la habitación del párroco en 1898.
Por otro lado, no podemos dejar de resaltar su gran interés desde el punto de vista artístico, manifestado tanto en su fachada como en el interior del templo.
El edificio, de estilo colonial andaluz, se estructura sobre una planta rectangular dividida en 3 naves, donde la central asciende hasta un tercer piso. Esta distribución interior se puede apreciar a su vez en la fachada, donde el paño blanco se decora con paneles cerámicos y se delimita con pilastras y cornisas de tonos ocres rematadas por jarrones. Como elementos destacables de esta fachada, señalamos los alones curvos laterales, el emblemático azulejo sevillano con la imagen de la Inmaculada Concepción, el frontón triangular que alberga el reloj comprado a finales del s.XIX y la espadaña o campanario de una sola pared que corona el conjunto.
Ya en el interior del edificio vamos a encontrar una serie de elementos artísticos de gran carácter. Es en el Altar Mayor donde descubrimos una singular joya del barroco andaluz del 17: un retablo dorado de columnas salomónicas y decoración vegetal, donación de la Duquesa de Parcent en 1916, con un camarín donde se alberga la imagen devocional de la patrona. Se trata de una talla de la Inmaculada Concepción realizada en 1954 por el imaginero sanroqueño Luis Ortega Bru, de formas serpentinas y profunda expresión mística, donada al templo por el ayuntamiento linense.
En las naves laterales, decorando las blancas paredes con bajo de azulejería, se van a suceder una serie de altares dedicados al culto de imágenes como la Virgen del Carmen, el Simpecado de la Hermandad del Rocío de la ciudad, o a los titulares de las Hermandades que alberga el templo, siendo ejemplo las popularmente conocidas como El Gran Poder o las Angustias. Destacamos también algunos lienzos como son una copia del crucificado de Velázquez o la Inmaculada de Cruz Herrera.
Junto a estos elementos, exvotos, fotografías y escritos conmemorativos completarán la decoración e historia de un templo que se erige como punto neurálgico de la devoción y celebración de un pueblo, como hito visual y artístico de La Línea de la Concepción y como patrimonio cultural de todos los linenses.
