Rafael Salgueiro: "En un mundo donde faltan ingenieros, nosotros podemos perder Abengoa, una empresa sevillana e internacional"
El profesor de Universidad y consultor de Estrategia Empresarial cree que la mejor solución es un concurso de acreedores ordenado y Noelia Sánchez, presidenta del comité de empresa de Abenewco1, afirma que la 'avaricia' y las malas decisiones empresariales ha tenido mucho que ver con la situación
Sevilla
Los representantes de los comités de empresa de Abengoa Agua, Abengoa Energía, Solúcar, Inabensa y Abenewco1 CPA --sociedades derivadas de Abengoa--, que permanecían desde el pasado martes encerrados en la sede de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para pedir que se concretase el rescate de 249 millones requerido para salvar a la compañía, están desde este martes acampados para exigir que antes del 30 de junio el Estado dé una respuesta afirmativa a esta solicitud, que continúa "pendiente de resolución".
Para hablar de esta difícil situación que se está viviendo, hemos contado en el programa Hoy por Hoy Sevilla con el testimonio de Noelia Sánchez, presidenta del comité de empresa de Abenewco1, presente en la empresa desde el 98 y con una enorme preocupación por su futuro y el de sus compañeros. Según Noelia, se ha llegado a este punto por “la avaricia y las ganas de querer más y mas, se han ido cogiendo proyectos que luego han salido con perdidas cada vez más grandes y se ha hecho una pelota”:
Noelia Sánchez, presidenta del comité de empresa de Abenewco1 (Abengoa)
06:08
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Rafael Salgueiro, por su parte, profesor del departamento de Administración de Empresas de la Facultad de Economía y consultor en Estrategia Empresarial, ha analizado la situación de Abengoa, “una compañía que no podía hacer frente a sus deudas y se decidió conservarla tal cual, sin hacer un concurso de acreedores”. Para Salgueiro, “en un mundo donde faltan ingenieros, aquí se puede perder una empresa sevillana, de ingeniería e internacional, con 11.000 empleados repartidos por el mundo”. Y asegura que “de nada van a servir los 249 millones si estamos hablando de un agujero de miles de millones”:
Rafael Salgueiro, profesor de Universidad, analiza la situación de Abengoa
15:52
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Sigue analizando Rafael Salgueiro el porqué de esta situación, y concluye que ha habido varias razones principales:
- La crisis financiera de Abengoa, puesta de manifiesto en 2015, era irresoluble dada la magnitud de la deuda. Se evitó un concurso de acreedores, pero con eso sólo se gano tiempo sin que estuviese claro un programa de acción realista. A esa ganancia de tiempo ayudaron las desinversiones que se fueron produciendo, pero no eran una solución. Esto ya se vio claro en 2017, cuando se produjo una gran quita, y en el segundo rescate en 2019
- La dirección de la compañía no ha estado clara y sí plagada de confusión. De hecho, estamos viendo acusaciones cruzadas entre directivos.
- Lamentablemente, se ha perdido el tiempo por no asumir la realidad: es imposible reconstruir la Abengoa anterior a 2015. Por el contrario, se han hecho reorganizaciones societarias que no añaden más que complejidad al asunto (las varias Abenewco) y sólo han servido para trasladar contingencias y deudas de un lado a otro. En definitiva, han sido intentos de abordar con complejas técnicas legales y societarias lo que es, simplemente, un problema económico: la empresa no tiene capacidad de hacer frente a sus deudas, ni de obtener unos resultados futuros, razonablemente probables, que permitiesen hacerlo.
- Quizá la mejor expresión de lo que vale la compañía esté en la oferta del fondo de inversión Terramar: 70 millones por el 60% de Abenewco 1, además de 130 millones para pagar deudas con proveedores. Y ha habido que pagar a Terramar para que mantuviese la oferta más allá del plazo inicial. Dicho en otras palabras: no se interesan por Abengoa ni los grandes fondos dedicados a reestructuraciones.
- La solicitada ayuda de SEPI no habría servido para nada. Y la decisión de SEPI no puede ser criticada por el hecho de que algunas empresas dudosamente estratégicas hayan recibido ayuda. Además, las contingencias que pesan sobre las empresas de Abengoa que han solicitado la ayuda son muy serias y es muy probable que se materialicen; lo cual significa una altísima incertidumbre sobre la capacidad de devolver la ayuda. Esta ayuda no es una subvención a fondo perdido, sino que hay que reintegrarla, no se olvide.