Detenido en Linares uno de los miembros más representativos del clan de "Los Alicantinos"
Durante más de cuatro años, el arrestado permaneció oculto con constantes cambios de domicilios, modificando su fisionomía para pasar desapercibido y dificultar así su reconocimiento. Se había refugiado en la Estación de Linares-Baeza debido a las condenas que tenía que cumplir por tráfico de drogas en Alicante
Momento de la detención de uno de los miembros del clan de "Los Alicantinos" en Linares. / Policía Nacional
Linares
Agentes de la Policía Nacional adscritos a los Grupos de Estupefacientes y Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Linares han detenido a uno de los miembros más representativos del clan de “Los Alicantinos” que se encuentra ubicado en la localidad de la Estación Linares-Baeza. El arrestado de 34 años de edad, se había refugiado aquí desde Alicante, huyendo de la acción de la justicia, permaneciendo oculto con constantes cambio de domicilio y fisionomía con el fin de pasar desapercibido dificultando su reconocimiento.
Una vez descubierto el domicilio donde se ocultaba le detuvieron. Los investigadores del Grupo de Estupefacientes detectaron la presencia del arrestado, que debido a sus condenas pendientes por tráfico de drogas en la provincia de Alicante, se había trasladado junto a su familia a la Estación Linares-Baeza, donde los miembros del clan de “Los Alicantinos”, presuntamente, les dieron cobertura y protección con el fin de eludir la acción judicial y de este modo dejar de cumplir dos condenas de casi 12 años de cárcel.
El arrestado había permanecido oculto más de cuatro años, intentando pasar desapercibido con constantes cambios de fisionomía y aspecto con el fin de dificultar su reconocimiento, circunscribiendo las contadas ocasiones en que salía a la calle a no más de unas decenas de metros del domicilio en el que se encontraba oculto junto a su esposa e hijos.
En algunas ocasiones en la que los agentes le localizaron, su huida era inmediata y apresurada contando con la dificultad del enclave y la colaboración del resto del clan y familiares de la zona, quienes, presuntamente, colaboraban para ocultarlo de inmediato, prestándole protección. Estos hechos en sí no hacían posible fijar una estrategia o establecer un dispositivo constante de vigilancia policial en la zona que desembocara en su detención.
Mediante distintas y diferentes labores de inteligencia e información desarrolladas por los investigadores durante cuatro años, se le pudo localizar hasta en tres domicilios que estaban preparados como auténticos bunker que, dada la situación de los mismos, dificultaban las distintas labores de vigilancia.
En cada operativo contra el clan en la zona, el arrestado procedía al rápido cambio de domicilio, extremando aún más sus propias medidas de seguridad, espaciando sus salidas, comprobando antes que no existiera presencia policial en las calles y que las distintas entradas en la zona estaban perfectamente controladas y vigiladas por otros miembros del clan.
Tras la culminación de la Operación “Piruleta”, en la que se detuvo al número uno del clan que también se encontraba fugado, los investigadores descubrieron un nuevo cambio de domicilio que le ofrecía mayor seguridad, sin embargo, el enclave del inmueble dio un mínimo pero suficiente margen a los investigadores para ubicar las constantes y estrechas vigilancias a las fue sometido el arrestado.