La magia del capitalismo destructivo
Firma de opinión del empresario Alfredo Romeo
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Córdoba
Empezamos a saber por la prensa, con la subida de los suministros como remate, que se espera una avalancha de concursos de acreedores, cierres de empresas, e impagos en los próximos meses.
Cuando lean ese tipo de anuncios o conozcan casos de primera mano, reflexionen sobre lo que detrás de ese cierre se esconde y que, en muchos casos, el que más pierde por encima de todos es el empresario; ese empresario por el cual un trabajador tuvo la oportunidad de trabajar y con ello cotizar a la Seguridad Social; ese empresario que gracias a su iniciativa, todo tipo de proveedores se vieron beneficiados por cumplir con ese objetivo.
Ese cierre de empresa conlleva muchos años de ilusión y de sueños perdidos, además de capital financiero invertido que en la mayoría de los casos se evapora.
Pero a pesar de lo dramático que es, esa es la magia del capitalismo, el capitalismo destructivo que hace que el sistema económico que tenemos sea el mejor posible desde un punto de vista distributivo por muy contraintuitivo que pudiera parecer. Se construye y destruye de manera continua.
A la misma vez que se cierran, se crean nuevas, porque nuevos torrentes de ilusión emanan de personas que quieran satisfacer necesidades de otros, que eso es lo que al final hace una empresa: servir mejores productos y servicios a un semejante.
Vienen tiempos difíciles, pero nuevos empresarios llegarán/llegaremos a seguir dándole a la rueda económica de la cual todos dependemos.
Por eso, por mucho que crean que lo que nos mueve sea la avaricia, nada más lejos de la realidad: lo que buscamos ese 1% de la población que damos empleo, es cumplir una ilusión.
Espero que cumplan las suyas este verano. Feliz verano!