Vivir y sobrevivir

Córdoba

Vivir y sobrevivir parecen lo mismo pero no lo son y mucho menos con un clima de más de cuarenta grados centígrados. Muchos de nosotros podemos elegir: viajar, acudir a las playas , disfrutar de piscinas, tener aire acondicionado, salir a un cine de verano, cenar en un cómodo restaurante, y otras muchas situaciones que amortiguan los sinsabores de un calor insoportable, por mucho que en esta ciudad estemos acostumbrados. Sobrevivir es otra cosa, es lidiar con unas condiciones adversas que limitan la libre elección y en Córdoba también hay un gran número de personas mayores, familias y niños y niñas que soportan la temperatura como pueden y no como desearían.

Vivir está en nuestras manos, sobrevivir depende más de las condiciones adversas en las que nos encontramos. Vivir es tomar conciencia de la fuerza del presente, de la capacidad de adaptación y cambio que las personas podemos utilizar para afrontar las incertidumbres del día a día y ser felices. Demasiadas veces, confundimos la necesidad de ordenar la vida, con repetir y repetir de modo rutinario los mismos patrones de conductas. Es cierto que la rutina nos tranquiliza pero también es cierto que nos impide experimentar nuevas vivencias enriquecedoras.

En 1952, hace 70 años, una preciosa película japonesa dirigida por Akira Kurosawa, llamada VIVIR contaba el cambio de actitud de un funcionario que ante un diagnóstico de cáncer de estómago se da cuenta que ha dejado pasar el tiempo en un tipo de existencia aburrida e individualista y se dedica a luchar contra la burocracia que defendía, haciendo nuevas amistades y poniéndose el reto de recuperar una zona insalubre para un parque donde se pudiera jugar y pasear.