Ocio y cultura

María Toledo presenta “Ranchera Flamenca”, este sábado dentro del ciclo Noches de Bohemia.

La cantaora fusiona la ranchera mexicana y el flamenco en su último trabajo discográfico, que presentará en los claustros de Santo Domingo.

La cantante María Toledo en los estudios de la cadena SER / Cadena SER Toledo

Jerez de la Frontera

“Adoro el mundo de las rancheras”, explica la cantaora María Toledo. Y esa devoción se ha plasmado en un disco -su sexto trabajo discográfico titulado ‘Ranchera flamenca’-, donde fusiona ambos estilos musicales y presentará mañana sábado día 23 de julio en los Claustros de Santo Domingo, dentro del ciclo Noches de Bohemia.

Este nuevo proyecto de María Toledo -la primera mujer que canta flamenco acompañándose con un piano- es una idea de largo, soñada y ambiciosa. “No fue tarea fácil encajar cada una de estas canciones populares mexicanas con un ritmo del flamenco”, sostiene. En su opinión, existe un hermanamiento natural entre ambos tipos de música, dado los fuertes lazos culturales que unen a España y México.

El disco es un viaje al pasado filtrado por el sello personal de la cantaora. ‘Ranchera flamenca’ ha sido grabado parcialmente en Jerez, en pleno barrio de Santiago, y ha contado con la participación destacada de Curro Carrasco, de Navajita Plateá. De hecho, Curro Carrasco, a la guitarra, es uno de los tres músicos que acompañarán a María Toledo en los Claustros de Santo Domingo, además de Isidro Suárez (cajón) y José María Cortina (efectos y teclados).

“Las rancheras tienen mucha similitud con el flamenco. Sobre todo, en lo que se refiere a sus letras, que tienen mucho arrebato y mucha verdad”, asegura la cantaora. Ella las interpreta desde ese punto de conexión emocional, pero respeta sus melodías que resultan ser reconocibles. No obstante, encaja los temas en una métrica flamenca, con bases y acompañamientos diferentes a los de la música original. Todo ello, para que la fusión musical tenga su punto justo, y lo uno no desvirtúe a lo otro.

Este ‘Ranchera flamenca’ es una demostración palpable de que el flamenco no deja de romper fronteras. Como precedente de esta conexión del folklore mexicano con el flamenco había que situar a Diego El Cigala, quien en 2020 se puso el sombrero de mariachi en el disco ‘Cigala canta a México’.