Viene agosto, tiempo de silencio
El subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, considera que agosto marca el verdadero antes y un después en la vida cotidiana de la ciudad y de las personas
Sevilla
Está ya en los corrales el toro de agosto. Manso, amorcillado y con su mijita de peligro sordo, pues hay quienes se aburren en agosto y matan mosquitos con la cola...
Carlos Navarro Antolín, subdirector del Diario de Sevilla: "Viene agosto, tiempo de silencio"
En agosto se duermen los relojes hasta de los que trabajan, pues la actividad es menor salvo que se esté al frente de un club de playa de Marbella. En agosto las capitales sestean y se dejan prestadas a los turistas. Agosto obliga a parar y a reflexionar. De dónde venimos y hacia dónde vamos. La Nochevieja no marca ningún cambio real. Agosto sí, agosto es el mes entre el final y el principio de curso. Supone el verdadero cambio y el mes en el que se preparan los cambios. En agosto se piensa y en septiembre se ejecuta. La Velá de Santa Ana acaba hoy y despide el curso de las fiestas. Todo ha quedado restablecido. El tiempo todo lo cura, menos la muerte, contra la que sólo funciona la memoria. El miércoles le daremos capotazo a la ola de calor que nos asfixia, que pone en jaque a mayores y niños, que nos roba las fuerzas. Agosto acortará los días, nos hurtará poco a poco la luz del verano, nos conducirá entre baños y horas de sol al septiembre de la inflación.
Párate, deja que agosto reduzca tu actividad. Arría los zancos del paso de tu vida cotidiana y piensa, porque agosto es tiempo de reflexión, tiempo de silencio, tiempo de mirarse a sí mismo.
La ciudad te esperará. Cuando llegue agosto, ella estará ahí con su belleza siempre por reestrenar, sus retos, sus problemas, sus debates de tertulia, sus achaques de vieja dama y, por supuesto, sus silencios. Y entonces, justo en ese momento, empezará el verdadero año nuevo. Hoy todavía es tiempo de Velá y a partir del día uno, tiempo de silencio con orquesta de chicharras.