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Historia | Ocio y cultura

"Los expolios en yacimientos van en aumento"

El responsable de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil alerta de la relación de los robos de bienes culturales con otros delitos

Entrevista a Juan José Aguila

Entrevista a Juan José Aguila

23:13

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Cadena SER

Velar por la seguridad y protección del patrimonio histórico de España es una misión de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Si en la primera temporada conocimos cómo trabaja la Policía Nacional, en esta segunda hemos querido saber cuál es la labor, no siempre visible, de la Guardia Civil en el cuidado de los yacimientos y bienes culturales de nuestro país. Juan José Águila es teniente jefe de la sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO).

Pregunta. ¿Qué competencias tiene la Guardia Civil para preservar, cuidar y proteger nuestro patrimonio histórico?

Respuesta. Las competencias de la Guardia Civil, recogidas de manera genérica en la ley de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, nos atribuye entre otras la lucha contra el contrabando, por lo que tenemos presencia en puertos y aeropuertos. Tenemos también la competencia de vigilancia de nuestras costas, que es muy importante para la defensa del patrimonio arqueológico subacuático. Ayudan mucho nuestros buzos, los guardias civiles especializados en actividades subacuáticas, y el SEPRONA, que protege el medio ambiente, también se encuentra mucho con esos detectoristas, a los que conocemos como piteros. Son los que, con sus detectores, participan en el expolio de yacimientos arqueológicos terrestres. Y tenemos competencia en investigación y persecución de delitos que, de manera más genérica, hacen las labores de policía judicial.

P. La Guardia Civil lleva desde los años 70 luchando contra este tipo de delitos. Entonces se incrementó el número de robos de bienes culturales, muchos de ellos, relacionados con la Iglesia. De ese tiempo a este, ¿con qué equipo especializado cuenta la Guardia Civil en esta materia?

R. Bueno, antes de que existiéramos nosotros, digo yo que alguien perseguía estos delitos. Lo que pasa es que es verdad que en los años 70 se produce un incremento significativo de robo de arte sacro. Muchos tenemos en mente la figura del tristemente famoso Eric el belga. Se decide un poco más adelante, con la ley del 85, que sería conveniente contar con grupos especializados para perseguir estos delitos. Y en el Real Decreto que desarrolla la ley es cuando ya se habla que será un grupo específico de la Policía y un grupo de la UCO de la Guardia Civil el que persiga los delitos sobre el daño al patrimonio. Si bien en todas las comandancias hay unidades territoriales y de policía judicial que también persiguen estos delitos.

P. ¿Cómo ha sido la evolución de este tipo de delitos contra el patrimonio? ¿Hacia dónde se están centrando sus investigaciones?

R. Siempre decimos que nosotros no nos aburrimos. Un día te encuentras un caso de pintura, otro de escultura, otras veces tenemos falsificaciones, mucho detectorista, sin querer criminalizar al sector, pero yo diría que ahora los delitos son más contra yacimientos arqueológicos terrestres y subacuáticos. Es que ahora la tecnología permite cosas que antes no se podían hacer. Con el arte sacro puede pasar un poco igual. Quizá ya no haya tanto interés en este tipo de piezas que sí había en los 70, sobre todo en Centro Europa.

P. ¿Cuál es el perfil de delincuente?

R. Muchas veces encuentras en nuestras investigaciones personas que comienzan a introducirse en este mundo, que empiezan como aficionados y empiezan a ver que se obtienen beneficios, se sirven de intermediarios porque tienen acceso a personas que colocan las piezas, blanqueando el origen. Te encuentras varios escalones. También, por supuesto, hay grupos organizados.

P. ¿Hasta qué punto ha revolucionado Internet el mercado negro de piezas?

R. Sí, en Internet para lo bueno y lo malo. Mucho patrimonio se pierde por esa vía porque es muy fácil la exposición, pero también sirve para recuperar piezas, por la publicidad que facilita Internet. Aquí entra otra cosa, que es que muchas de estas piezas son falsas. Te encuentras con grupos dedicados a elevar los precios en subastas, algo que es un delito, pero perseguir los delitos de esta manera es más complicado. Hay portales que recogen los nombres de las personas, y si se produce la venta se puede seguir el rastro.

P. Hubo una operación en Andalucía en la que llegaron a detenerse a 300 personas e intervenir miles de piezas que se ofrecían por Internet. ¿Cómo surgen operaciones como esta?

R. El germen puede ser una mera denuncia que pone en alerta a las fuerzas y cuerpos de seguridad. En muchas ocasiones, gracias a los mecanismos de coordinación, somos conscientes de que podemos tener una operación conjunta con la Policía, y hay veces que es fácil que empiece a crecer la operación y te encuentras un gran número de personas implicadas y perjudicadas.

P. ¿Cuáles son los diferentes elementos que participan en estas tramas delictivas?

R. El comprador muchas veces se mueve por la satisfacción de poseer una pieza de interés. En otros escalones buscan el lucro. Y, en muchas ocasiones y cada vez más, se busca blanquear dinero. Es una manera relativamente fácil de blanquear un dinero que puede venir de otros ilícitos penales porque, claro, ponemos el ejemplo de un vehículo con un tipo de bastidor podemos encontrar unas tablas donde podemos ver cuánto sube o baja, pero el valor de los bienes culturales es lo que acuerdan unos y otros, es casi un acto de fe. Son bienes que facilitan el blanqueo de dinero.

P. ¿Existe relación entonces entre las redes de expolio de patrimonio y el narcotráfico?

R. Es muy común que en registros efectuados por otros compañeros sobre otras tipologías delictivas aparezcan obras porque muchas veces que los pagos se hacen con este tipo de bienes. También hay veces que estos pagos se hacen con obras que son falsas. Entre los malos también se engañan. Se venden cuadros a sabiendas que son malos. Hemos encontrado pinturas en falsos techos, que han resultado ser falsificaciones. Un malo engañó a otro.

P. En Andalucía hay un especial cuidado por los yacimientos subacuáticos, en colaboración con el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía. ¿Cómo es esta labor?

R. Quizá es una de las más bonitas y una de las que llama más la atención al público en general, y a la prensa. No sé si es por el componente romántico esta historia de barcos y galeones de España. Cádiz, Sevilla, Huelva a raíz del descubrimiento de América y de la carrera de Indias están plagadas de pecios de varios países que vinieron por aquí. Otra cosa es lo que supone de trabajo, porque, si ya es difícil en tierra, pues imagínese en el agua. También se detectan expolios o embarcaciones que tienen capacidad para realizar estas operaciones. Existe todo un mundo alrededor de estos yacimientos.

P. El caso más conocido y mediático fue el Odyssey. Imaginamos que no todos son tan sofisticados y a gran escala como aquel, pero, ¿cómo ha continuado esta actividad delictiva?

R. Aquel fue un caso paradigmático con unas dimensiones colosales, por lo que se recuperó. Fue un éxito para España para demostrar y recuperar todo ese patrimonio. Pero hay embarcaciones que siguen operando aunque no sea con esa capacidad. La tecnología permite medios técnicos para hacer prospecciones más fiables, se baja a más profundidad, y eso viene precedido de un estudio en el archivo de documentación. Tristemente, hay veces que se producen estos expolios.

P. ¿Hasta qué punto comprar piezas antiguas en mercadillos o en Internet supone colaborar en una actividad delictiva?

R. La ley andaluza de 2007 establecía un plazo de un año para que las personas físicas o jurídicas que tuvieran este tipo de bienes lo comunicaran a la administración. Podría haber sido una época muy buena para justificar la tenencia de piezas de este tipo. La compra en sí no está penada, pero puede estar adquiriendo un bien que tiene carácter demanial, es decir, que tiene carácter público. Si no se justifica convenientemente su origen, puedes tener un problema. Muchas veces el problema lo tiene el consignatario, es decir, el que vende, porque muy probablemente no puede justificar el origen de esa pieza. En este ámbito es que existe un mercado legal, y luego un tráfico ilícito. Y nos corresponde a la Guardia Civil distinguir lo bueno de lo malo.

P. En sus años de experiencia, ¿cree que este negocio ilícito está creciendo, está en auge?

R. Llevo seis años al cargo de esta sección. Es lo que consumo a diario. No sé si estoy contaminado y pienso que cada vez hay más. Desde luego, el expolio de yacimientos es continuo. No para. El detectorismo sin autorización no se detiene. Diría que sigue en aumento, desde luego, al menos, en lo que afecta a los yacimientos terrestres. Pero también es cierto que cada vez hay más conciencia y más llamadas a arqueólogos, a guardia civil... porque la gente está más sensibilizada de que el patrimonio es algo común. El patrimonio no es de quien se lo encuentra de casualidad o de quien rastrea para conseguirlo.

P. ¿Recuerda qué operación o qué dispositivo de investigación le ha llamado más la atención?

R. Cada día es una cosa diferente. Muchas veces vivimos situaciones rocambolescas, de cómo desaparece una pieza en un sitio y aparece muchos años más tarde. Las intrahistorias de estas piezas son lo más llamativo. Ya estamos casi de vuelta todo. Hay casos curiosos y muy bonitos, cuando puedes recuperar una pieza. Nos pasó en Aznalcóllar, donde se robó la talla de una virgen y apareció en Tenerife. La virgen hizo ese recorrido. Vino de vuelta en el avión y es gratificante cómo la gente se emocionó recuperando a una virgen que era suya.

P. ¿Qué pueden hacer los ciudadanos para ayudarles a cuidar, proteger y defender el patrimonio?

R. Se deben dirigir a cualquier institución relacionada con estos asuntos. Nos llegan informaciones de la web de la Guardia Civil, del Ministerio, de los ayuntamientos, de los cuarteles... Hay veces que la gente no denuncia o no informa porque no le da importancia o por no querer molestar. Uno puede denunciar de manera anónima y no hay mayor problema. Nunca ha sido más sencillo que ahora alertar de un delito contra el patrimonio.

Pedro Espinosa

Pedro Espinosa

En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...

 
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